28/6/09

Todo cambia... y todo regresa... como el mar

Es curioso cómo a mi mente van regresando los recuerdos por oleadas… más intensas unas y más livianas las otras. Ahora mismo lo que regresa a mi mente es quizá lo que más echo de menos… Todas aquellas largas horas que a mí sin embargo se me hicieron tan cortas, hablando en el coche, al final del día, después del trabajo, después de haber cenado por ahí, después de cualquier cosa y de nada, simplemente hablar en el coche de cualquier cosa, más amena, más profunda o simplemente por pasar un rato más juntos, por la desgana de tener que separarnos hasta el día siguiente.

El tiempo que pasábamos dando vueltas merodeando por mi barrio, por no aparcar, porque venía alguien detrás, porque acabábamos de volver de vacaciones, porque necesitábamos simplemente hablar, ser nosotros mismos… nuestro pequeño universo.
Luego, empiezo a recordar 3 días furtivos en tu casa, alguna noche o mañana en la mía, una bañera en Pedraza con un cigarrito aliñado y unas velas, follando como locos en una habitación de un club de vacaciones cerca de Biarritz, un paseo por la playa de San Sebastián, un picnic en una habitación de hotel en Madrid o un cine cogidos de la mano…

Puedo seguir mi vida sola, sin duda pero ¿tendré que borrar todos esos recuerdos de mi mente?

¿Meterlos todos en una caja de cartón y guardarlos debajo de la cama por un tiempo?

¿Mantenerlos en mi mente y tratar de ser feliz paseando sobre ellos cada día y pensar en lo feliz que fui?

Todo el mundo tira de filosofía de todo a 100 en estos días: sigue con tu vida, apártate de él, vuelve a tu casa y olvida todo y sigue adelante, busca a otro, no busques… todas esas voces retumban huecas en mi cabeza.

No vivo para que los demás hablen de cómo lo hago, no vivo de la opinión de los demás que sólo me confunde, no quiero escuchar nada, sólo quiero escuchar el ruido del mar, el aire moviendo la persiana del salón, la música que a mí me apetece oír, el rumor del agua y el crujido de la espuma en la bañera, el ruido del lavavajillas o la lavadora y todo lo demás, silencio a mi alrededor.

Estoy bien sola, estoy bien sin crearme expectativas pero supongo que las expectativas son parte del comportamiento humano. Nada es estático, todo cambia y no siempre hacia lo que queremos. Debemos aceptar los cambios que se dan en nuestra vida porque todo cambia y todo se mueve a nuestro alrededor y bien, nos mantenemos a duras penas en la cresta de la ola, en pie… luchamos con todas nuestras fuerzas contra lo que tenemos en contra o nos dejamos caer y arrastrar por la marea para recuperar fuerzas y no malgastarlas.

El mar siempre se lleva todo lo que encuentra a su paso y es capaz de arrastrar pero siempre lo acaba devolviendo a la orilla, agitado, maltrecho, débil y agotado pero no siempre muerto…

Un abrazo enorme... tú ya sabes cómo.
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