30/7/09

CAMINAR POR UNA DUNA...

Me siento ante mi mesa, delante de mi portátil, a leer las respuestas y comentarios que me han dejado en la página de la que hablaba hace unos días, me divierten, me halagan, me entretienen y me dan nuevas ideas.

Leo el cuento que me trajo un nuevo amigo hace unos dias, me ha enganchado, hace un rato estaba tranquilamente en una terraza, con una cervecita fría, leyendo y he de confesar que por momentos me excitaba y ahora, sin darme cuenta, mi pulgar izquierdo está rozando distraídamente mi pezón y lo noto duro, hinchado, arrogante. Siento el palpitar de mi corazón, suave, tranquilo, la ansiedad ha desaparecido, me siento relajada, me siento yo y sueño con esos días que me esperan, aunque sean pocos, en una playa de arena blanca. Me han dicho que tiene varios kilómetros e incluso las famosas dunas canarias y algún arbol bajo el que quizá pueda poner mi toalla o incluso prescindir de ella, y tumbarme a descansar... al fin.... no veo la hora y mi pezón ya resalta visible y rotundo bajo la tela fina de la camisa negra de algodón que uso para estar en mi casa, suspendida por finos tirantes sobre mis hombros, resbalando sobre mis pechos y cayendo como una caricia tibia sobre todas y cada una de mis curvas que ya no lo son tanto hasta mostrar apenas las rodillas.

Hacía días que no me sentía tan relajada, la semana pasada estaba feliz, eufórica casi aunque a la expectativa, ansiosa, desconfiada, pero hoy no, hoy de pronto abrí los ojos, lo ví claro, me ví a mí misma sufriendo una noche tras otra hasta que llegara un momento como éste.

Separo las piernas, el calor en esta habitación es insoportable, por suerte la habitación es grande y no agobia y la ventana va casi de pared a pared.

Tengo el pelo húmedo, he llegado a casa con esa necesidad imperiosa que nos entra a veces por dejar que el agua arrastre todo lo que nos sobra y a mi me sobraba sudor, me sobraba rabia y me sobraba dolor que ya no cumple ninguna función y es mejor dejar que se vaya por el desagüe.

Me he dedicado la tarde con toda la parsimonia del mundo, es uno de esos días raros, como la canción, en los que no tenía ganas de hablar con nadie, uno de esos días raros en los que me apetecía estar a solas conmigo misma, leer, dejar que mi cuerpo hable por mí, dejar que las ideas fluyan y la sonrisa aflore, mimarme, mimar mi cara, mimar mi pelo, mimar mi cuerpo, mimar mis pies y, mimar al fin mi autoestima.

Han sido cuatro meses y medio, justos. Dos y medio perfectos, irrepetibles, maravillosos en los que no lograba borrar la sonrisa de mi cara. Mis amigos me decían que estaba más guapa, que me brillaban los ojos y la piel, dos meses y medio de mimos, de caricias, de dulzura ininterrumpida, de sexo salvaje ahora y tierno diez minutos más tarde...

... después la perdición, las lágrimas, el sufrimiento, el no entender nada, la justificación absurda de las circunstancias... y finalmente el regreso para comprobar los fragmentos maltrechos que quedaban, las ruinas, la desolación, el intentar mantener unidos los restos irregulares de este jarrón con el que pretendí retener aquellos días pero sabes que cuando consigues que uno se sujete se te caen otros tres... y descubres que ya no hay nada que salvar, no valen las excusas, la tristeza vuelve y lo sientes, lo sabes, es el momento de huir, ahora o nunca. Si te quedas este círculo vicioso y agónico no acabará nunca. Esos días siempre estarán ahí y son ya parte del pasado, un pasado que guardar en un baúl y al que acudir quizá de cuando en cuando.

No siento dolor ya, en algún remoto lugar de mi cabeza, entre millones de sinapsis neuronales por segundo sé que ya no hay piezas que encajar, ya no hay puzzle por terminar. Habrá más puzzles para ambos pero éste ya no es el mío y lo único que siento ahora, curiosamente, sin explicármelo, sin necesidad de entenderlo... es la excitación, el cosquilleo entre las piernas, la caricia en la nuca, la lengua en la aureola, el aliento en la comisura de los labios...

Esta historia ha sido como un paseo por una duna, o al menos se me antoja así porque jamás caminé por una... primero la extensión de arena ante tí, el espejismo, después la arena que se alza y no te deja ver más allá... , te ciega, te azota la cara, finalmente, una vez superada, te encuentras la extensión de mar plácido del otro lado... he leído que las dunas emiten un sonido, que en el silencio del desierto se puede escuchar... estoy expectante por ver lo que mi futuro me depara detrás de cada duna.

Fue hermoso, fue duro, fue cruel, y al final, simplemente... ya no es.

29/7/09

Adicciones

Estamos familiarizados con ciertas adicciones que por algún motivo son más "populares" y gozan, por tanto, de cierto interés, y ojo, aunque suene a sarcasmo, lo digo desde un profundo respeto.

Tenemos un catálogo de adicciones de lo más variopinto y siempre, sin duda, con efectos más o menos devastadores sobre la salud, la vida afectiva, la vida familiar y la propia autoestima donde el más es siempre algo terrorífico y el menos no deja de ser dañino. Está la adicción al alcohol, al tabaco, la ludopatía... todos sabemos de qué hablo y que tire la primera piedra quien nunca haya estado cerca, si no lo ha vivido en su propia piel, de alguna de ellas.

Sin embargo, en los últimos tiempos han ido surgiendo otras aún más curiosas muy ligadas a los fenómenos compulsivos, sin ir más lejos, el consumismo compulsivo. ¿Acaso no te has encontrado a tí mismo alguna vez gastando más dinero de lo que considerarías coherente en comprar cosas que casi seguro no necesitabas? Le echamos la culpa a la publicidad, nos meten el germen en el cuerpo: necesitas un portátil última generación, necesitas un iphone, necesitas ir de vacaciones, pero no al pueblo, no, necesitas irte a las islas Mauricio porque los vecinos de abajo fueron el mes pasado y entonces tienes que quedar a la altura. No hago más comentarios al respecto por no salirme del tema.

Luego está la adicción a internet, la adicción al móvil. ¿Cómo nos las apañábamos cuando no existía el móvil y quedabas con alguien y no aparecía?¿y acaso la gente no se iba de viaje y tenías que aguantarte hasta que llegaba al destino para comprobar que todo iba bien?

No digamos la adicción a los mensajes de texto... aquí mejor ni entro. Yo estoy en proceso de rehabilitación y sé que seré una adicta toda mi vida, una vez empiezo ya no puedo parar...

Muy ligada a la adicción al alcohol está la adicción a la comida, a los estimulantes, a los antidepresivos, al psicoanalista y sin duda... a las drogas, desde los canutos pasando por las drogas de diseño, a la cocaína, y a la heroína. Me estoy metiendo en terreno pantanoso... yo quiero hablar de otras adicciones, todas están ligadas al ámbito emocional, al control de nuestras emociones, a nuestra autoestima, a nuestra fuerza de voluntad, a nuestra capacidad de mantener nuestro criterio y es curioso que quien es adicto a algo no lo es a una sola cosa si es que no reúne todo un compendio de todas o casi todas ellas. Está claro, cuando nuestra voluntad falla buscamos eso que no tenemos ahí fuera. Mi adicción favorita, donde las haya, sin embargo es otra... y no digo que no haya sufrido algunas de las anteriores.

Mi adicción favorita es la adicción al amor, porque a veces dudo si cuando me enamoro no me estoy enamorando realmente de mi necesidad de querer y ser querida.

Esta adicción aparentemente de nombre dulce está muy generalizada y puede llegar a ser una droga realmente dura. Suele venir combinada a adicciones al sexo, a las emociones fuertes, a la sensación de euforia que te invade cuando pierdes la cabeza por alguien, cuando te sientes caminar en las nubes, cuando vas por la calle sonriendo con cara de imbécil, cuando te hacen sentir lo mejor del mundo, y digo que la adicción es al amor, muchas veces, cuando veo a mi alrededor personas que acaban de terminar una relación y caen de cabeza en otra, y en otra y en otra más y no existe o no parece existir duelo por la persona querida. Estas personas un día sufren por la pérdida y no escarmientan, no asumen sus posibles errores, al día siguiente conocen a otra y de nuevo el paseo algodonoso. ¿Os suena ese dicho popular de "un clavo saca otro clavo"?

Otras veces la adiccion puede ser a una persona en concreto y esto ya lo considero obsesión y no dudo que muchas veces esta obsesión pueda estar ligada al sexo y uno llega a denigrarse, a arrastrarse, a llorar y cuando lo vemos desde fuera no lo entendemos, nos parece enfermizo, pero no es tan complicado caer en él, de hecho, hasta las personas más racionales caen, y caemos, y lloramos y llegamos al punto en el que nos importa un pepino qué pensará la otra persona de nosotros, lo único que nos importa, lo único que ansiamos, es otra dosis y el síndrome de abstinencia es así de destructivo porque afecta a nuestras emociones, a nuestra autoestima, a nuestra vida, a nuestra concepción de la realidad.

Propongo esta encuesta por terminar

¿A qué eres adict@ tu?

21/7/09

Esposa o amante o el pack de dos en una

Ayer, charlando con un amigo se planteó esta cuestión:

¿puede mi novia o mi mujer ser al mismo tiempo mi mejor amante?

He aquí uno de los mitos más antiguos que existen.

¿Porqué muchos hombres siguen pensando que su novia, su mujer, la madre de sus hijos, no puede ser al mismo tiempo la mejor amante?

Me he cansado de escuchar decir muchas veces y lo sigo escuchando: Yo a mi mujer jamás le pediría ésto o lo otro o lo de más allá... para eso está mi amante o en su defecto una prostituta. ¿Cómo voy a pedirle a la madre de mis hijos que haga ciertas cosas? en ocasiones cosas tan simples como una felación... y sigue existiendo y lo sigo escuchando.

Al cabo de los años se lamenta de ello y se justifica: tengo una amante o voy de putas porque mi mujer no quiere hacer esto o lo otro o simplemente jamás lo concibió.

Afortunadamente hoy en día las tornas van cambiando aunque en ocasiones acabamos emparejados con personas con las que no tenemos nada en común a nivel personal porque tenemos cierta adicción al sexo y encontramos a alguien que llena nuestras expectativas en este campo y digo yo: ¿no se puede tirar por el camino de enmedio?

Yo he tenido pocas parejas porque siempre he preferido ser una especie de "espíritu libre" antes de estar con una persona que no llenara cierta dosis de mis expectativas en varios campos y no por ello me he llevado menos decepciones pero la pareja de mayor duración que he tenido hasta la fecha, alguien que me hizo feliz durante x años durante los cuales convivimos fue también alguien que llenó muchas parcelas de mi vida, incluído el sexo y aún así también tenía sus prejuicios.

Luego hay dardos envenenados que hieren de muerte este tipo de relaciones que pueden parecer perfectas. Ahora, después de un par de años desde que terminó la historia empiezo a recordar buenos momentos y ya sin nostalgia. Fui muy feliz, sin duda, y sé que le hice feliz también a él y eso me llena de satisfacción pero a veces nos volvemos posesivos, y me incluyo, en exceso y tampoco la libertad absoluta, al menos desde el origen de la relación me parece sana.

En fin, que cada cual ha de encontrar su equilibrio pero resignarse a tener una cosa o la otra me parece un craso error.

Un ejemplo:

Un hombre, de educación tradicional, que conserva intactos todos los prejuicios que ello conlleva, incluso un hombre de cierto estatus social, conoce a niña bien, mona, lista, la primera de su promoción, sabe que será la perfecta esposa y madre de sus hijos porque señores, la naturaleza sigue mandando sobre nosotros, afortunadamente en muchos casos, para que la especie no se extinga... bien, a lo que iba, una chica estupenda que ha sido educada para ser la perfecta anfitriona, con clase... pero llega la hora de "consumar relaciones maritales" (no puedo evitar sonreír, léase todo ésto, sin acritud y con cierto sarcasmo) y la muñeca resulta eso, una muñeca que apenas sí suspira. Vaaaaaaale, quizá exagero pero seguro que algún caso hay.

Entonces el pobre marido queda profundamente decepcionado pero ha de mantener su estatus y piensa:

"Acabo de casarme, me he gastado una fortuna en el bodorrio y no voy a decir ahora que me divorcio de mi encantadora esposa sólo porque es un trozo de piedra, ¿qué pensarán de mí? (lo siento, sigo en tono sarcástico), y el matrimonio dura años o incluso toda una vida y puede que el hombre ya lo supiera antes de casarse y aún así pasara por el aro".

Luego hablas con mujeres y te cuentan la otra versión de la historia:

"Uy, mi marido es un sosales, ya desde el principio, me aburro mortalmente y estoy deseando que se largue para hacer mis planes porque a ver cómo le voy a decir a mi marido que le haría todo y más de lo que le hacen sus amantes, porque ella es lista y sabe que los tiene, o las prostitutas con las que se cita... ¿qué va a pensar de mí?

¿Hemos cambiado?¿Hemos evolucionado algo?

A mí lo que me encanta es aquella famosa frase que además casi todos conocemos:

"La mejor compañera... la señora en la casa y la puta en la cama" (pero todo en uno)

Que aproveche la cena y que nadie se atragante.

20/7/09

El veneno de los cuentos de hadas....

Érase una vez una niña a la que educaron desde que apenas tenía uso de razón y machacaron una y otra y otra y otra vez con los famosos cuentos de hadas.

El cuento variaba en su argumento pero la moraleja siempre era la misma: Blancanieves en casa cocinando y limpiando para 7 enanos que se iban cantando a la mina y volvían a casa por la noche esperando encontrar todo impecable: ¿y mi camisa de los domingos, Blanca? ¿y esta mancha en la cocina, Blanca? y he aquí que llegaba la famosa madrastra y la envenenaba con una exquisita manzana roja manchando de por vida la reputación de cualquier madrastra para el resto de los tiempos, ¿o esa era la bella durmiente? porque por supuesto la pobre niña además debía ser bellísima, ¡no faltaba más!

Luego estaba Rapunzel que ya era el colmo del sufrimiento porque no sólo estaba encerrada en una torre sino que además tenía que soportar, imagínense, que cuando llegara el famoso príncipe azul -será que tenía problemas circulatorios- debía subir a rescatarla trepando por sus trenzas!!!! Diossss, no hay champú anticaída que soporte tal tormento.

Amigo Gera, que me hablabas en tu comentario en un post de los últimos días, me dices que sufres de alzheimer selectivo, es decir, que tu mente recuerda sólo lo que le interesa, y he de decir que eres afortunado porque luego me hace pensar en la terrible responsabilidad que recae también sobre el propio príncipe al que no le basta con ser azul, no, debe ser experto en equitación, sortear diversos dragones y pruebas invencibles en las que seguramente acabará mal parado.... ¡para rescatar a la pobre doncella cuyo único entretenimiento a lo largo del día es limpiar la casa de los enanos o hacerse una trenza bien fuerte para que pueda trepar por ella!

¿Acaso creemos a estas alturas de nuestra vida que nadie deba soportar tales pruebas para conquistar a una dama sin ningún encanto adicional ni más interés en la vida que esperar a su príncipe azul?

Pues sí, señores y señoras, sí, lo creemos, no sólo eso sino que estamos convencidos.

El otro día me reía viendo un capítulo de aquella famosa y divertida, al menos para mí, serie, Ally McBeal. El argumento comenzaba así: Ally y su compañera de piso asisten a una boda de damas de honor, refunfuñando porque la verdad es que las bodas muchas veces son un tostón y yo me siento afortunada por no ser invitada a muchas. Durante la ceremonia y entre cuchicheos ellas se preguntan qué hacen allí y sin embargo, en el famoso momento de lanzamiento del ramo de novia, la protagonista llega a tal grado de locura que empuja a todo el que tiene alrededor, amiga incluída, la suegra -o quien fuera- en un espectáculo que más bien parecía un salto de longitud y acaba haciéndose con el famoso ramo ante el estupor de todos los asistentes.

A Dios pongo por testigo y espero no arrepentirme de esto, si un día tengo hijos, no les contaré un sólo cuento de hadas, si quieren leerlo por su cuenta es su responsabilidad. A mí me gustaban más los cuentos que me contaba mi madre: el de los 3 cerditos y el lobo que era mucho más pragmático y realista o el de los 3 ositos y ricitos de oro que creo, me causaron menos daños morales.

Claro, que los niños también aprenden con el ejemplo, se saben toda la filmografía de Disney porque han visto 50 veces cada película pero tienen muy claro que la cama es suya y si algún día, su novio del jardín de infancia se la juega, más le vale agenciarse un saco de dormir porque le espera la alfombra, en el mejor de los casos.

Y yo, que tengo demasiada buena memoria aunque algunas cosas se me olvidan, agradecería un leve alzheimer prematuro, con todos mis respetos para los enfermos y familiares de semejante enfermedad, que yo también la he sufrido de cerca, que me haga olvidarme pronto de todos esos cuentos absurdos y centrarme en ser feliz, en no olvidar nunca los buenos momentos vividos sea con quien fuere y cuando fuere y tener el coraje y la voluntad, sin apenas dedicar muchos esfuerzos, para no darle tantas vueltas a las cosas y seguir disfrutando de cada día de mi vida sin tanto comerme el tarro, sin mirar atrás porque cierto es, al menos en mi caso, que he construído mi vida y mi autoestima basándome en los buenos ratos pasados, en los logros alcanzados y no en los príncipes desteñidos que se han ido cruzando por mi vida y quizá han colaborado de una manera u otra a hacerme sentir mejor, especial, estupenda pero no tienen todo el mérito que si fueran tan estupendos aún seguiría con ellos ¿o no?

Hoy me levanté como si me hubieran puesto un muelle, cosa poco habitual en mí que soy un tanto perezosa y cuando llegué al trabajo me acordé de aquella canción de Serrat: "Hoy puede ser un gran día" y que acaba con una frase lapidaria aunque la letra en general no tiene ningún desperdicio.

"Hoy puede ser un gran día... y mañana también".

Un saludo

19/7/09

A vista de pájaro...

A veces me gusta soñar despierta y sueño que soy un halcón de alas potentes o una hermosa gaviota blanca planeando sobre el mar y me maravillo con estas magníficas criaturas de cuerpo ligero capaces de levantar el vuelo y planear en el cielo, capaces de distinguir desde las alturas un pez en el mar o una presa en medio del campo y seguir planeando, fijando su objetivo para acabar, con un picotazo certero, alcanzando su presa y levantando de nuevo el vuelo hacia el horizonte.

Son criaturas frágiles al mismo tiempo, frágiles ante el objetivo de un buen cazador con su escopeta en ristre y una buena puntería pero las envidio por esa libertad de la que gozan, por esa ligereza, por la sensación maravillosa que debe ser aletear y estar en unos segundos suspendidas en el aire con ese radar certero que la naturaleza les ha propiciado, sintiendo el aire en su "cara" y viendo este mundo azul desde las alturas.

Si los humanos supiéramos a veces levantar el vuelo por nosotros mismos y tomar posiciones desde el aire veríamos todo desde otra perspectiva, menos mundana, menos material, aprenderíamos a vivir sin lastres y sin miedos porque si una gaviota o un halcón, o un águila o un simple gorrión se dejara llevar por el miedo a que un escopetazo le derribara no volvería jamás a levantar el vuelo y sus polluelos se quedarían sin nada que comer esa noche, y a la siguiente y nuestra vida no es tan diferente.

Debemos seguir adelante, levantándonos cada día, levantando ese vuelo imaginario desde nuestra cómoda cama para acudir a nuestro más o menos agradable trabajo, a nuestra vida, a hacer la compra y ver a nuestros amigos y hay muchas maneras de verlo y si somos capaces de ver más allá, si somos capaces de elevarnos por encima de nosotros mismos para ver nuestra vida a vista de pájaro y descubrir nuestras carencias y nuestros miedos y vencerlos no olvidaríamos nunca lo frágiles que somos, lo breve que es nuestra vida y cuánto tiempo despilfarramos en vanidad, en ego, en autocastigo, en lamentaciones por una vida que nos parece a veces miserable y sin embargo, un día se acabará y no tendremos la posibilidad de decirnos, de rogar a nadie: no, por favor, dame un día más, regálame un día más, me conformo con eso frente a todos y cada uno de los minutos que he malgastado lamentando lo infeliz que era cuando en realidad, tenía algo valioso, algo que una vez se gasta, ya nunca vuelve.

Por favor, vive, tu vida es única y maravillosa y tú eres la única persona capaz de otorgarle o quitarle valor a todos y cada uno de sus días.

Buenas noches... y, como en la película, buena suerte.

Ensoñaciones...

Estoy tirada en la cama, medio aburrida, con ese aburrimiento que aparece cuando no hay nada en particular que me apetezca hacer, debiéramos llamarlo quizá pereza, y la única luz de algunas velas dispersas por todo mi cuarto y el incienso perfumando el aire con un toque a canela.

Las chicas no están aunque puede que una de ellas vuelva en cualquier momento y yo, con la puerta cerrada, semidesnuda, con una camiseta y un culotte negros de algodón por único atuendo, Me apoyo en el alféizar de la ventana como la muchacha del cuadro de Dalí, fumando un cigarro que me he entretenido en liar con cuidado y el máximo empeño en que resultara perfecto y con una copa de vino en la mano y una sensación de inmensa serenidad en los labios.

Me siento tranquila y al mismo tiempo empiezo a notar un cosquilleo en mis pechos redondos, se me erizan los pezones, quizá al contacto con el frío aluminio de la ventana y el cosquilleo baja a lo largo de mi columna y se pierde entre mis estrechas caderas, convertido al fin en humedad entre mis piernas.

No sé qué lo ha desatado y me vuelvo, miro a mi alrededor, he cambiado todos los muebles de sitio y orientación y me siento en otro lugar, este cuarto vuelve a ser todo mío y la cama se me antoja un lugar agradable y acogedor.

Vuelvo a mi cigarro y mi copa de vino, no hay música de fondo como casi siempre, sólo el ruido de la calle, los coches que pasan y los gritos de unas chicas que celebran un cumpleaños en la casa de enfrente. Me estremezco, mi cabeza, inconscientemente se ladea y ese cuello que tanto alaban se muestra bajo mi cabello recogido desenfadadamente y siento un cosquilleo…

… ésta imaginación mía que se desborda a veces cuando cae la noche…

Bebo un sorbo y siento un soplido en mi nuca, no hay nadie conmigo pero el vello se me eriza. Una caricia que no llega a tocarme pero siento recorrerme acaba en mi cintura, me he quedado muy delgada y más estrecha que nunca, mi cintura acentúa mis caderas y mis muslos parecen alargarse.

No puedo evitar acercar mi mano a uno de mis muslos mientras la otra aún sujeta ese cigarro que se va consumiendo, no fumo con ansia, lo disfruto y siento como el humo, en lugar de llegar a mi cabeza se convierte en una ligera brisa que baja por mi columna vertebral y se desvanece entre mis piernas y la sensación es tal que arquea mi espalda, mis hombros hacia atrás y mi cuello se empeña en ladear de nuevo mi cabeza. Dejo el cigarrillo en el borde del aluminio y me tumbo en la cama.

La mano que antes reposaba en mi muslo ahora asciende hacia mi pubis, la piel suave, la otra mano acaricia distraídamente mi pezón izquierdo. Me parece sentir otra mano acariciándome y me pierdo en una fantasía de piel y aromas… de fluidos que empiezan a brotar y una sensación intensa que me hace separar las piernas, con las rodillas flexionadas y me penetra con firmeza y suavidad al mismo tiempo.

Mi cuerpo, mi cuello, mis hombros, mis codos apoyados en la cama tras de mí, se rinden y después de un tiempo que no sabría determinar me hacen explotar con una dulzura infinita…

Te extraño….

18/7/09

Laberintos e hilos...

En respuesta a tu comentario en mi último post, Geratres, iba a contestarte lo siguiente pero al final quedó tan largo que decidí convertirlo en una nueva entrada. Ahí va...

Un laberinto es un lugar misterioso que nos atrae porque nos atrae el morbo del misterio, el reto que nos supone enfrentarnos a algo que nos da miedo y al mismo tiempo... cuánta seguridad nos daría pensar que podemos salir de él, como una droga que te va enganchando y sabes que puede terminar por destruirte y a veces lo hace y depende de tí, de tu voluntad, como tú dices, por volver a levantarte y resurgir de tus cenizas.

Hay drogas mucho más duras que las sustancias psicotrópicas que podamos consumir, bien fumadas, inyectadas... qué más da? algunas personas se convierten en una droga para nosotros, el amor en sí mismo, la sensación que nos da estar enamorados nos produce un estado de euforia y embobamiento, nos atrapa e incluso nos rejuvenece, ilumina nuestros ojos y nuestra piel pero tiene esa otra cara destructiva, como el laberinto que te invita a perderte y al mismo tiempo te advierte que corres el riesgo de no poder salir de él.

Yo soy frágil aunque parezca fuerte en la superficie, soy frágil y no me averguenza reconocerlo y en los últimos tiempos probé esa droga y me llevó al cielo durante un tiempo pero el síndrome de abstinencia fue muy duro y casi me destruye ¿y porqué? si yo soy fuerte y joven e incluso atractiva e inteligente. ¿Cómo es posible? ¿Qué resorte saltó dentro de mi cabeza para llegar a caer en un pozo de angustia y depresión del que apenas hoy me siento empezar a resurgir?¿Y si mañana vuelvo a caer en él? ¿Y si la sensación de bienestar, lucidez y serenidad que tengo ahora mismo mañana se desvanece?

Un laberinto, amigo Geratres, es como una droga, algo que te promete una salida pero te reta a encontrarla y puede que no la encuentres jamás y quizá mi moraleja en este caso sea... ¿en manos de quién dejé el hilo?¿ese hilo que no debería entregar nunca a ningún Teseo?¿ese hilo que me pertenece por ser la dueña de mi propio laberinto?

Al mismo tiempo me conozco, soy joven y al mismo tiempo ya no lo soy tanto y tengo tantas heridas en el alma que me cuesta creer que pueda volver a resurgir de mis cenizas y volver a volar y volver a ser feliz como lo he hecho después de todas y cada una de las heridas anteriores y un día te levantas y piensas... ¿qué hago yo aquí? Pero sí, volveré a levantarme con una nueva herida que empieza a cicatrizar y que sé que si le doy tiempo y cuidados un día no quedará más que una fina cicatriz apenas perceptible.

Quizá, Gera, este post tenga mucho de inconexo porque sigo buscando dónde dejé mi hilo, y espero recuperarlo para no volver a soltarlo jamás.
Mi laberinto sigue ahí y no se irá nunca, y el tuyo tampoco y todos tenemos un laberinto particular donde nos adentramos, quizá inconscientemente y alimentamos con nuestros miedos y fantasías y esperanzas.

Yo sé hoy que mi mayor miedo, mi mejor amiga, mi peor enemigo, soy yo misma pero sé que mientras recupere mi hilo dorado y sutil siempre encontraré el camino hacia la salida y siempre volverá a existir la amenaza de volver a perderme, como la curiosidad que mató al gato.

Un saludo y gracias por leerme...

17/7/09

Hombres casados

... he vuelto al lugar de partida... he cambiado mi anuncio aunque no tengo demasiadas ganas ni demasiados ánimos para conocer a nadie pero quizá ser consciente de que hay muchos más peces en el mar me haga sentir mejor y como esta vez no he puesto claramente que NO QUIERO UN HOMBRE CASADO EN MI VIDA la estadística podría ser la siguiente:

Cien mensajes, aproximadamente, en la primera semana entre los que sí entran en mis criterios de búsqueda, los que no, y los que desconocen que su mensaje irá a la papelera tan pronto introduzcan algo que pueda parecer una forma de contacto enmascarada.

De esos cien, unos 80 están casados y lo declaran abiertamente en la primera línea de sus mensajes, el resto, o están separados, o no se pronuncian o tienen menos de 30 años.

Y bien, quizá me da otra perspectiva, ¿esta historia no es tan especial en el fondo?¿quizá no soy yo quién tiene tanta tendencia a atraer a hombres que ya están metidos en otra historia y, en ocasiones, incluso se sienten felices en ella?¿quizá es que hay demasiados y la probabilidad es mucho más alta?

Y eso que dice mi madre de las "cargas familiares"... Me dan ganas de reír cuando oigo ésto de las cargas familiares pero no anda tan lejos de la realidad porque realmente, conocer a alguien que inicialmente sólo va a ser un amigo, o un amante, o ambos puede acabar convirtiéndose en un atisbo de romance más o menos duradero y en mi opinión, cuando es él quien trae su "maleta" de una relación anterior y ella no, comienzan los problemas, rivalidad, celos, casi siempre por parte de la mamá de los niños que pensará: "y ahora que él tiene otra pareja, ¿quién es ella?¿con quién estarán mis hijos además de con su padre cuando no están conmigo? y siento una profunda empatía, no porque sea madre sino porque ya he sido esa otra y sé que no es fácil, y entra en juego también el instinto maternal de la "intrusa".

Dejemos el tema de las cargas familiares a un lado y volvamos al eje de este post. El hombre casado que no es feliz en su matrimonio, que quiere alejarse y sin embargo, no se da cuenta de que antes de abrir una puerta es necesario cerrar otra para que no haya demasiada corriente y como me decía un amigo hace unos días, cuando se empieza una relación cada uno debe tener sus muertos bien enterrados y no llegar y plantárselos al o a la otra encima de la mesa pero peor aún es cuando esos muertos ni siquiera están aún muertos del todo y sí muy vivos y no digamos si la otra parte contratante planta a su vez también los suyos y entonces ¿a qué jugamos?

La relación empieza mintiendo a la mujer para estar con la amante y el casado infeliz asegura que se va a ir, que quiere ser feliz y empezar una nueva vida y la nueva vida incluye a una persona que es libre y feliz y que en muchos casos acaba enclaustrada en su casa llorando con tres cajas de kleenex encima de la mesa porque no tuvo el coraje en su momento de decirle: "oye, tú, cierra esa puerta, soluciona tu vida, y luego ya veremos", al contrario, se deja enredar en sus palabras, en sus promesas que enmascara como "no promesas"... "No te prometo nada, ¿vale?"

Y al principio siempre es todo maravilloso porque si empieza a ir mal y aún así te enganchas ya eres un caso perdido pero no va mal, va demasiado bien, tan bien que como decía unos post más abajo, da vértigo y eres consciente del pantano en el que te estás metiendo hasta la cintura y que cuando el barro te llegue al cuello te resultará muy difícil salir de ahí y entonces te sientes culpable y estúpida y piensas: "yo era una mujer inteligente y creo que sigo siéndolo aunque parezco una idiota aquí llorando y comprando las cajas de kleenex en pack de a dos" y te sientes culpable pensando que todo se fue al carajo por tu culpa, por haberle presionado, por haberle machacado, por no haber tenido paciencia y te sientes más frustrada aún porque él parece haberse ido de rositas y ser más feliz que una perdiz.

Y he aquí, que tú que quizá conoces la historia porque has vivido algo similar o algo parecido le ocurrió a alguna amiga, porque señores, éstos traumas parece que sólo los pasamos las féminas, sonríes y piensas: "la raza humana, con todos sus avances tecnológicos no evoluciona y sigue tropezando una vez y otra y otra más con el mismo pedrusco".

Pues no, no evolucionamos y para más inri nos culpamos y autoflagelamos indefinidamente por ello pero, ¿y él? porque no niego que haya mujeres adúlteras (otra palabra que me encanta, por cierto) pero el título de este post es "hombres casados".

Él ha encontrado aire fresco, una puerta nueva que ha abierto y resulta que del otro lado hay una chica estupenda y alegre que le devuelve el entusiasmo a su aburrida vida y empieza tímidamente... tímidamente el primer día y de pronto parece que se ha enamorado hasta las cejas tanto que le da igual cualquier obstáculo y ni Carl Lewis corre tan deprisa y tiende una maraña a su alrededor y un día, ella, que sigue viviendo su vida y no se siente acosada porque además le están acicalando la vanidad hasta límites nunca imaginados, empieza a bajar defensas y los 20 mensajes al día, la llamadita de por la mañana para empezar el día y la de estoy llegando a casa aunque llevamos 5 horas juntos no le parecen un acoso y no se da cuenta que igual que ahora miente a su mujer como un cosaco para escaparse con ella, otrora la mentirá a ella porque es él quien se siente acosado... oooops. ¿En qué parte del cuento nos hemos perdido? ¿Quién puede creer en el matrimonio con semejante estadística y tales perspectivas?

Eres una mujer joven y atractiva, además disfruta en la cama contigo (o donde sea) como no lo ha hecho en años porque está enamorado y eso le hace sentir todo con mucha más intensidad y está viviendo una vuelta atrás, se siente 10 años más joven, se ríe contigo, te hace reír, te lleva de paseo y a hacer la compra y toda tu vida resulta más fácil de pronto pero este hilo es delicado porque los muertos siguen ahí, y repito, no están muertos y no digo que desee que lo estén realmente, es sólo una metáfora, no vaya usté a pensar que la amante desearía ni por un momento asesinar a la pobre mujer cornuda.... pero el hilo se rompe y se rompe de golpe pero no del todo, es como la soga a la que sólo le queda un pequeño filamento firme en el centro y llega la agonía...

Creo que ya me he extendido demasiado por hoy... me parece conveniente dejar lugar a tus comentarios si deseas hacerlos...

MORALEJA: Mujer, si quieres sufrir... pon un hombre casado (con otra) en tu vida.

14/7/09

Luz entre las sombras

Una parte de mí desea tenerte por última vez. Recorrer cada centímetro de tu piel, arañar tu espalda, abrazar tu cintura con mis piernas... y desea tenerte YA, ahora mismo, porque algo quema dentro de mí aunque sé que lo más cuerdo y sensato sería huír, negar tu existencia, negar la existencia de todo lo vivido hasta que la terapia y mi corazón consigan verte desde un nuevo prisma.

La otra parte se retuerce de rabia, de frustración, de dolor y lucha por recuperar el lugar que le corresponde en este mundo, por recuperar el orgullo y la dignidad perdidas en aquellas horas, en todas aquellas horas en que he llorado, en aquellas horas en que te he extrañado, en que te he esperado, en que he autoalimentado mi propia autodestrucción y autodestruído mi ilusión.

¿Cómo es posible que a estas alturas de mi vida siga en estas?¿Cómo es posible que aún no haya espabilado y defendido a capa y espada lo que soy, quien soy, cómo soy?

La señorita independiente pierde los papeles anhelando un abrazo que nunca llega, un abrazo que se demora manipulador, un calor que ya no existe sino en mi imaginación, un amigo que no lo es sino en las palabras que se lleva el viento con el primer soplo.

La señorita independiente sufre y espera cual marioneta guiada por tus manos. Me arrastraste, entraste en mi vida a empujones, me fagocitaste y después me escupiste y yo me quedé a tu merced y ahora es el momento de aprender la lección, el momento de levantar la cabeza, el momento de decirte que ya no hay lugar para tí en mi vida, que espero que te vayas lejos, que no vuelva a verte más... al menos hasta que pueda volver a mirarte a la cara sin sentir rabia, ni verguenza, ni dolor, ni nostalgia ni angustia ni me importe nunca más si estás o no estás ahí, si eres o no eres mi amigo, si me has querido nunca jamás o no...

La señorita independiente ha decidido no llorar más, aunque mire por la ventana y te vea alejarte en sus ensoñaciones, aunque coja el ascensor y al llegar al portal te recuerde demorándote en una despedida, aunque vaya a trabajar y en el cigarrito de media mañana mire al hotel de enfrente y vea tu coche entrando en el parking o tu abrazo cálido en las escaleras...

Me tendiste una red tupida, espesa, como una espuma que va penetrando por cada rincón de mi alma, de mi vida, de los sitios que suelo frecuentar, de las cosas que me gusta hacer, de las mil conversaciones que tuvimos, de los momentos entre tus brazos, de las horas buscando un piso, firmando el contrato, los dueños se van y nos dejan y en nuestro rostro una ilusión, alegría, entusiasmo que ha muerto y ahora recordaré como un sueño del que he despertado de golpe y que quiero olvidar. Un sueño dulce y bonito que ahora me causa dolor.

No señor, se terminó, yo soy yo y a mí nadie vuelve a herirme así jamás, a mí nadie vuelve a manipularme salvo que yo se lo permita, a mi nadie vuelve a romperme el corazón.

He perdido, es la sensación que tengo ahora mismo... pero más has perdido tú.

Empiezo a ver la luz entre las sombras.

13/7/09

Desamor... o de cómo reconstruírse.

Me fumo un cigarro en la ventana, y miro a la puerta del caminito que lleva a la calle. Aún me parece estar viéndote cruzarla, pararte, mirar hacia mi ventana y esbozar una sonrisa.

Aún me parece recordar tu olor en mis sábanas aunque las haya lavado varias veces desde entonces, ese perfume del suavizante no es demasiado efectivo o tengo una memoria olfativa enfermiza, 2 horas retozando entre ellas, 3 hablando y otras dos para despedirnos.

-Tengo que irme pero no quiero, no quiero volver a casa.
-¿Nos vemos mañana, cielo?
-Por supuesto...

y siempre, ese por supuesto era cierto pero los sueños, sueños son, sarna con gusto no pica, me voy a trabajar después de haber dormido 2 ó 3 horas y parece que me han dado cuerda, ¿cómo es posible? La marmota, me llaman pero ya no tengo sueño, ya no puedo dormir hasta las 2, o hasta las 4 de la tarde... con suerte duermo hasta las 11 ó las 12 y te extraño.

¿Este blog deja de ser erótico y se vuelve sentimentaloide?

No, es mi estado de ánimo, un reflejo de mis fantasías, las eróticas y las que no lo son.

Las 10 llamadas al día, todos los mensajes y todas las palabras se las lleva el viento y queda un poso de tristeza que disimulo durante el día ocupada en cualquier cosa que te aparte de mi cabeza pero la noche llega y la noche confunde y trastorna... vaya si trastorna. La noche y el vino.

Toca mirar hacia delante, toca levantar la cabeza y no volver a bajarla más, toca reconstruírse. ¿Volver a ser la de antes? No, para qué, si hay que levantar una torre caída al menos volver a construírla de acuerdo con las nuevas necesidades porque cada relación nos cambia, cada persona que se cruza en nuestras vidas, para bien o para mal, se lleva un poquito o un mucho de nosotros y algo deja también.

Sé que un día, como dice una canción

... ya vas a ver como van sanando poco a poco tus heridas...
...ya vas a ver, como va la misma vida a decantar...
...la sal que sobra en el mar...

El único problema es que a veces, el tiempo no pasa, cuanto más deseas olvidar más recuerdas y quizá vuelva a refugiarme en otras camas, entre otros brazos, en otros besos... pero cada persona que pasa por nuestra vida nos deja un pedacito y se lleva otro.

Espero que de verdad hayas sido feliz, espero que vuelvas a serlo.... espero que yo también...

5/7/09

Tu esclava...

Soy tu esclava... te deseo por encima de todas las cosas.

Cada mañana te entregaría mi cuerpo, me dejaría atar las manos a la espalda y amordazar, tras haberme desnudado para tí, de rodillas en el suelo ante tus pies, totalmente depilada, mi cara apoyada en el suelo al igual que mis manos, tu hermana, fusta en mano, mirándome y mis nalgas en alto a una orden tuya...., ... tú decides, yo obedezco tus reglas, ... , estoy en el coche en un camino por el que de cuando en cuando pasa alguien, yo desnuda en la cuneta hasta que llega otro coche del que baja una mujer, no va sola, del coche bajan 2 hombres y otra mujer más.

La mujer viene hacia mí, me hace apoyar las manos en el capó del coche, desnuda como yo estaba, tú detrás, metiendo tus dedos en mi coño que notas ya empapado y mientras ella intenta tomar mi culito con sus dedos.

Has perdido una timba de poker y otra más en la que te habías jugado a tu exclavita y la has perdido así que tienes que entregarme, y lo peor de todo, puedes quedarte a mirar, si lo deseas, lo que hacen conmigo...

Pensé que no podrías, pensé que no soportarías la idea de ver como otros hombres me usan y poseen a su antojo y sin embargo tú permaneces ahí impasible, acariciándote. Las mujeres me han atado boca abajo a una banqueta, estoy medio de rodillas... todos se masturban relamiéndose.... te lanzas frenético, no puedes soportar cómo otros se follan a tu putita....

2/7/09

Vërtigo

Mi doctora me ha recetado un medicamento que según el prospecto se haya en el grupo de "antivertiginosos" y ahora que lo leo me paro a pensar en la cantidad de veces que utilizamos estas palabras: Vértigo, vertiginoso... yo misma diría que soy propensa a relaciones que me producen vértigo aunque por lo general no me gustan los hombres malotes y en primera instancia procuro alejarme o poner barreras contra las personas que desde el principio sé que podrían llegar a causarme estragos pero por otra parte me gusta la adrenalina, me gusta vivir el momento presente, me gusta sentir la felicidad y el extasis. Lo que detesto es sufrir más de lo necesario e imprescindible.

Sufrir un poquito está bien, nos ayuda a crecer y nos impone retos que ponen a prueba nuestra capacidad de salir airosos de ellos e incluso una vez superados alimentan nuestra autoestima y nuestro Ego.

Pero no quiero irme por las ramas. El vértigo es algo que uno siente cuando parece que algo se escapa a su control. Siento vértigo cuando bajo tres tramos seguidos de escaleras en el metro y tengo que ir agarrándome a la barandilla porque siento que me voy a caer. Sentí vértigo en el anfiteatro romano de Verona cuando llegué al cuarto escalón de las gradas y miré a mi alrededor y contemplé la grandeza de aquella construcción que había perdurado durante siglos y siento vértigo si me asomo a un acantilado y veo el barranco bajo mis pies, siguiendo esa línea imaginaria paralela a la verticalidad de mi cuerpo que pasaría rozando desde la punta de mi nariz hasta el fondo del abismo pero no siento vértigo si me subo a un avión a "X" pies de altura o al piso 20 de Torre Europa o al mirador del salón de un edificio sobre la M30.

¿Qué tiene que ver el Vértigo con las fantasías eróticas? ¿Se ha reblandecido Ariadna? Quizá... o quizá no. Desde hace algún tiempo vengo viviendo una historia que me ha dado vértigo, día a día, minuto a minuto, la misma sensación en mi corazón y en mi estómago que dar vueltas en un tiovivo frenético con sus caballitos, sus columpios y sus cochecitos con formas surrealistas y movimiento rotatorio sobre sí mismos y trasladándose alrededor de otro eje y he acabado mareada pero cuando el viaje se acabó, o cuando el revisor de billetes me dijo que había que hacer una pausa técnica... mmmm... yo no quería bajarme, me resistí, la adrenalina me corre por las venas, el recuerdo de cada día, cada vuelta de ese tío vivo, cada gota de sudor compartida y cada suspiro entregado o recibido, cada palabra, cada risa, cada sonrisa, cada llamada, cada silencio, cada abrazo mmmmmm....... no quiero bajarme de este tiovivo aunque quizá sea necesaria alguna parada técnica de cuando en cuando, poner los pies en el suelo y mirarte a los ojos, verme reflejada en ellos, entre tus brazos o tú enredado entre mis piernas, en la bañera con un porrito, dormida en el coche a punto de dislocarme el cuello en una postura imposible, desnudos en mi cama, cenando con velitas y una hora de charla entre plato y plato, los camareros mirándonos con la sonrisa en los labios ... qué cara de tontos los dos... como los amantes de Teruel, pellizcándote el culo mientras metes la pizza en el horno, contándonos nuestras fantasías al oído cuando es imposible estar más cerca, más unidos, más fundidos en uno solo... parando para reírnos cuando a uno de los dos se le va totalmente la pinza y acabamos rozando los límites de lo que nuestra mente considera como "ético y moral..."

No quiero bajarme del tiovivo porque cuando estoy en él estoy viva, me siento viva y sé que si un día tú no estás los recuerdos seguirán ahí y seré feliz sabiendo lo feliz que he llegado a ser y lo feliz que puedo volver a ser de nuevo, porque ya lo fui antes, y que quizá vuelva a ver la felicidad en tus ojos porque la vi una y mil veces, porque quizá soy un poco neurótica a veces pero mi cabecita sigue teniendo los mismos muebles que entonces o quizá esté por tirar alguno viejo, destartalado y desgastado y comprado uno nuevo y más funcional y útil.

El sexo.... he follado muchas veces en mi vida, he compartido camas, sofás, suelos, coches y hasta servicios de discotecas con muchos hombres, incluso alguna mujer. Sé que si mañana no estás, y al día siguiente tampoco, y sales de mi vida y nunca más te vuelvo a ver, seguiré existiendo, puede que con el tiempo incluso vuelva a conocer a alguien y vuelva a ser feliz y vuelva a sentir algo parecido, puede que no, puede que vuelva a enamorarme con la misma intensidad porque no sé hacerlo de otra manera, ni quiero, puede que vuelva a llorar, puede que vuelva a sufrir, puede que esos días se queden para siempre en nuestra memoria o puede que haya un continuará...

La vida me parece tan frenética y loca como ese tiovivo y ahora estoy un poco mareada y necesito bajarme algún rato pero no viviré mi vida viendo como los demás se divierten, gritan, lloran... hoy me siento una mujer nueva, hoy me siento también una niña de nuevo, con gran ilusión por lo que cada día me depare de bonito la vida, con fuerzas, hoy me siento una gata deseando escuchar el timbre de la puerta, húmeda yo, tu corazón late del otro lado, la puerta se cierra, tus brazos se cierran sobre mí, más húmeda aún, siento tu excitación pero tu abrazo no cesa, tus labios buscan los míos, tu mano sujeta mi muslo y lo pasa por detrás de tí haciéndome rodearte con mi pierna, mis uñas se hunden en tu espalda, mis dedos hacen surcos en tus brazos, tu lengua se pasea por mi cuello y ahora tu otra mano sujeta mi otra pierna, no puedo ya apoyar los pies en el suelo, ni falta que hace, me devoras, me quemas, ni siquiera hablamos, las únicas palabras que oigo salir de tu boca, ya cuando me dejas sobre el colchón y mientras terminas de desnudarme sólo tú y yo las sabemos, me sacas los vaqueros y me arrancas el tanga con ellos, te sacas la camisa sin ni siquiera desabrochar, en dos minutos estamos totalmente desnudos y entonces ya sólo hay piel... suspiros, gemidos, sudor y rabia, me posees, me rindo, soy tuya, eres mío, grito, me agarro al edredón, a la sábana, al colchon con las uñas y veo tus ojos clavados en mí, sé que no has venido para esto pero es inevitable y ambos lo sabemos...

Continuará... (o quizá no)
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