19/7/09

A vista de pájaro...

A veces me gusta soñar despierta y sueño que soy un halcón de alas potentes o una hermosa gaviota blanca planeando sobre el mar y me maravillo con estas magníficas criaturas de cuerpo ligero capaces de levantar el vuelo y planear en el cielo, capaces de distinguir desde las alturas un pez en el mar o una presa en medio del campo y seguir planeando, fijando su objetivo para acabar, con un picotazo certero, alcanzando su presa y levantando de nuevo el vuelo hacia el horizonte.

Son criaturas frágiles al mismo tiempo, frágiles ante el objetivo de un buen cazador con su escopeta en ristre y una buena puntería pero las envidio por esa libertad de la que gozan, por esa ligereza, por la sensación maravillosa que debe ser aletear y estar en unos segundos suspendidas en el aire con ese radar certero que la naturaleza les ha propiciado, sintiendo el aire en su "cara" y viendo este mundo azul desde las alturas.

Si los humanos supiéramos a veces levantar el vuelo por nosotros mismos y tomar posiciones desde el aire veríamos todo desde otra perspectiva, menos mundana, menos material, aprenderíamos a vivir sin lastres y sin miedos porque si una gaviota o un halcón, o un águila o un simple gorrión se dejara llevar por el miedo a que un escopetazo le derribara no volvería jamás a levantar el vuelo y sus polluelos se quedarían sin nada que comer esa noche, y a la siguiente y nuestra vida no es tan diferente.

Debemos seguir adelante, levantándonos cada día, levantando ese vuelo imaginario desde nuestra cómoda cama para acudir a nuestro más o menos agradable trabajo, a nuestra vida, a hacer la compra y ver a nuestros amigos y hay muchas maneras de verlo y si somos capaces de ver más allá, si somos capaces de elevarnos por encima de nosotros mismos para ver nuestra vida a vista de pájaro y descubrir nuestras carencias y nuestros miedos y vencerlos no olvidaríamos nunca lo frágiles que somos, lo breve que es nuestra vida y cuánto tiempo despilfarramos en vanidad, en ego, en autocastigo, en lamentaciones por una vida que nos parece a veces miserable y sin embargo, un día se acabará y no tendremos la posibilidad de decirnos, de rogar a nadie: no, por favor, dame un día más, regálame un día más, me conformo con eso frente a todos y cada uno de los minutos que he malgastado lamentando lo infeliz que era cuando en realidad, tenía algo valioso, algo que una vez se gasta, ya nunca vuelve.

Por favor, vive, tu vida es única y maravillosa y tú eres la única persona capaz de otorgarle o quitarle valor a todos y cada uno de sus días.

Buenas noches... y, como en la película, buena suerte.

No hay comentarios:

Google

Seguidores