29/7/09

Adicciones

Estamos familiarizados con ciertas adicciones que por algún motivo son más "populares" y gozan, por tanto, de cierto interés, y ojo, aunque suene a sarcasmo, lo digo desde un profundo respeto.

Tenemos un catálogo de adicciones de lo más variopinto y siempre, sin duda, con efectos más o menos devastadores sobre la salud, la vida afectiva, la vida familiar y la propia autoestima donde el más es siempre algo terrorífico y el menos no deja de ser dañino. Está la adicción al alcohol, al tabaco, la ludopatía... todos sabemos de qué hablo y que tire la primera piedra quien nunca haya estado cerca, si no lo ha vivido en su propia piel, de alguna de ellas.

Sin embargo, en los últimos tiempos han ido surgiendo otras aún más curiosas muy ligadas a los fenómenos compulsivos, sin ir más lejos, el consumismo compulsivo. ¿Acaso no te has encontrado a tí mismo alguna vez gastando más dinero de lo que considerarías coherente en comprar cosas que casi seguro no necesitabas? Le echamos la culpa a la publicidad, nos meten el germen en el cuerpo: necesitas un portátil última generación, necesitas un iphone, necesitas ir de vacaciones, pero no al pueblo, no, necesitas irte a las islas Mauricio porque los vecinos de abajo fueron el mes pasado y entonces tienes que quedar a la altura. No hago más comentarios al respecto por no salirme del tema.

Luego está la adicción a internet, la adicción al móvil. ¿Cómo nos las apañábamos cuando no existía el móvil y quedabas con alguien y no aparecía?¿y acaso la gente no se iba de viaje y tenías que aguantarte hasta que llegaba al destino para comprobar que todo iba bien?

No digamos la adicción a los mensajes de texto... aquí mejor ni entro. Yo estoy en proceso de rehabilitación y sé que seré una adicta toda mi vida, una vez empiezo ya no puedo parar...

Muy ligada a la adicción al alcohol está la adicción a la comida, a los estimulantes, a los antidepresivos, al psicoanalista y sin duda... a las drogas, desde los canutos pasando por las drogas de diseño, a la cocaína, y a la heroína. Me estoy metiendo en terreno pantanoso... yo quiero hablar de otras adicciones, todas están ligadas al ámbito emocional, al control de nuestras emociones, a nuestra autoestima, a nuestra fuerza de voluntad, a nuestra capacidad de mantener nuestro criterio y es curioso que quien es adicto a algo no lo es a una sola cosa si es que no reúne todo un compendio de todas o casi todas ellas. Está claro, cuando nuestra voluntad falla buscamos eso que no tenemos ahí fuera. Mi adicción favorita, donde las haya, sin embargo es otra... y no digo que no haya sufrido algunas de las anteriores.

Mi adicción favorita es la adicción al amor, porque a veces dudo si cuando me enamoro no me estoy enamorando realmente de mi necesidad de querer y ser querida.

Esta adicción aparentemente de nombre dulce está muy generalizada y puede llegar a ser una droga realmente dura. Suele venir combinada a adicciones al sexo, a las emociones fuertes, a la sensación de euforia que te invade cuando pierdes la cabeza por alguien, cuando te sientes caminar en las nubes, cuando vas por la calle sonriendo con cara de imbécil, cuando te hacen sentir lo mejor del mundo, y digo que la adicción es al amor, muchas veces, cuando veo a mi alrededor personas que acaban de terminar una relación y caen de cabeza en otra, y en otra y en otra más y no existe o no parece existir duelo por la persona querida. Estas personas un día sufren por la pérdida y no escarmientan, no asumen sus posibles errores, al día siguiente conocen a otra y de nuevo el paseo algodonoso. ¿Os suena ese dicho popular de "un clavo saca otro clavo"?

Otras veces la adiccion puede ser a una persona en concreto y esto ya lo considero obsesión y no dudo que muchas veces esta obsesión pueda estar ligada al sexo y uno llega a denigrarse, a arrastrarse, a llorar y cuando lo vemos desde fuera no lo entendemos, nos parece enfermizo, pero no es tan complicado caer en él, de hecho, hasta las personas más racionales caen, y caemos, y lloramos y llegamos al punto en el que nos importa un pepino qué pensará la otra persona de nosotros, lo único que nos importa, lo único que ansiamos, es otra dosis y el síndrome de abstinencia es así de destructivo porque afecta a nuestras emociones, a nuestra autoestima, a nuestra vida, a nuestra concepción de la realidad.

Propongo esta encuesta por terminar

¿A qué eres adict@ tu?

1 comentario:

Tio_Luiso dijo...

Muchas y muy variadas. Alguna en la linea de las que has mencionado. Por ejemplo: Soy informático, y parece que no puedo vivir sin conexión a internet. Coño, si hasta tengo plan de datos en el móvil para poder consultar alguna página o el correo desde él. Y eso en el trayecto de 1 hora que hay desde el curro (donde llevo 8 horas con ordenadores) hasta mi casa (donde igual caen algunas más).
Adicción al WoW. Un juego de rol masivo online. Es divertido. Es adictivo. Y al menos no cuesta mucho.

También soy adicto a mis amigos, y me cuesta separarme de ellos. Me gusta mucho cuando quedo a tomar unas cañas y me cuentan de sus vidas, sus alegrías y sus penas.

No lo se. Son unas cuantas. Considero que no son muy destructivas. Es decir, me permiten seguir llevando el resto de facetas de mi vida con cierta comodidad. Si estoy en mitad de una partida en el WoW y me llama algún amigo para tomar unas cañas, le dan mucha morcilla... al juego.

Es lo importante de las adicciones. Que no dominen tu vida.

Un abrazo, Ari

Google

Seguidores