2/1/10

Cebollas y Matrioskas...

Trescientas sesenta y cinco hojas más, el 2009 ha caído y estrenamos el 2010 y yo he celebrado también en estos días haber arrancado otras tantas hojas de mi calendario, ya tengo uno más, este año suman 32 y siempre me pasa igual, siempre siento que este año será mejor aún que el anterior y por lo general suele ser así porque incluso en los momentos más bajos siempre siento que estoy y estaré mejor de lo que he estado.

He pasado olímpicamente de las uvas, he celebrado una especie de cumpleaños gitano de día y medio, ha sido diferente, bonito, me he sentido feliz y toca mirar hacia delante, pedir deseos y esforzarse por que se hagan realidad.

Ayer, preparaba la comida en mi casa, se me fue la mano con la guindilla pero estaba rico, me encanta cocinar para otros y ver la cara que ponen cuando lo prueban, copa de vino en mano y mientras cortaba una cebolla morada, mis favoritas, veía todas esas capas superpuestas una sobre otra, perfectamente diferenciadas y tan pegaditas entre sí, tan unidas y me pregunto, ¿realmente no estamos las personas también compuestas por muchas capas superpuestas?

No, no me refiero al plano fisiológico sino al espiritual, al emocional... Veamos, cuando conocemos a alguien vamos, a medida que intimamos más y más, retirando cada una de esas capas pero ¿llegamos alguna vez realmente a la más profunda de todas?

Es como cuando vemos una de esas muñequitas rusas de madera y las cogemos en nuestras manos, desmontamos la primera y hay otra exactamente igual debajo, como las capas de las cebollas pero un poco más pequeña y luego otra más, y otra.... y hay personas que nos provocan un deseo irrefrenable de conocer la siguiente capa y otra más hasta llegar a lo más profundo igual que hay otras personas con las que nos basta quedarnos en la segunda o tercera...

¿Estoy divagando? Quizá un poco pero todos los años por estas fechas pienso con orgullo que algún día hace muchos años una monja estúpida les dijo a mis padres que no llegaría ni a 5º de E.G.B. y aquí estoy, y me considero una persona inteligente y muy válida y me queda mucha guerra por dar y en realidad, la primera persona a la que debería, la primera persona a la que deseo ir conociendo más profundamente, capa por capa, hasta llegar al núcleo, es a mí misma. La persona a la que más deberíamos amar, de corazón y con sinceridad en todo el mundo es a nosotros mismos. ¿Porqué no? ¿realmente esta clase de "egoísmo" es tan mala como nos la pintan?

¿Qué mecanismo hace que cada persona de este mundo seamos como somos?¿Que sintamos como sentimos? ¿Que las experiencias, vivencias, razones, tropezones, alegrías, tristezas, pérdidas nos convierten en lo que vamos siendo, año tras año, mes tras mes, semana tras semana y así hasta cada minuto de nuestra existencia? Ahora rozo lo metafísico y es que un amigo me dijo que valoraba la vida en años en lugar de días, momentos, instantes y opino que tiene razón.

El año pasado no fue demasiado bueno en general pero lo cierto es que tuvo momentos malos y unos cuantos momentos realmente muy felices, divertidos, memorables con los que deseo quedarme y a los que acudir cuando me invade la tristeza y el resto, a la papelera de reciclaje como cuando borramos un archivo del disco duro de nuestro ordenador.

Este 2010, aunque siga agrupando mis momentos en franjas de 365 días, quizá porque para bien o para mal fui a nacer el último día del año del calendario gregoriano, espero llenarlo de muchos momentos felices que meter en esa cajita que se llama memoria para que cuando me sienta triste pueda abrirla y sacarlos todos y sonreír.

Muy feliz 2010 y como me dijo un amigo el otro día en un mensaje cumpleañero.... no sueñes tu vida... VIVE TUS SUEÑOS!!!!
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