6/4/08

Primero tú... ahora yo... (relato compartido)

Hace tiempo que no publico nada... espero que os guste. La primera parte fue un regalo... la segunda... mi réplica.


(Primero tú...)

Llegas a la entrada de la dirección que te dí con una mezcla de excitación e inseguridad que hace que se te encoja el estomago.
Es la primera vez que nos encontramos y no estas segura de si será como esperas. La puerta está abierta y entras. La luz es suave, tenue, apenas te da para ver el mueble de la entrada donde dejas tu bolso y tras atravesar un corto pasillo te dirijes a la única puerta que ves abierta. Entras en una habitación que está levemente iluminada donde puedes ver una gran cama que casi la ocupa por completo.
Una mesilla y varias velas repartidas por la habitación es todo lo que ves. Te extrañas pues esperabas verme alli.

- ¿Hola? ¿Dónde est...-
- ...aqui... -

te interrumpes al sentir mis manos sujetarte por la cintura, el corazón se te desboca en el pecho y te giras para enfrentarte a mi, con una replica en los labios. Al quedarte frente a mi sientes como te atraigo mas a mi cuerpo, sientes tus pechos pegados a mi torso desnudo, el calor que despide mi cuerpo .

- Eres un idiota... casi me mat.. -

Esta vez son mis labios en los tuyos los que acallan tus quejas. Sientes mi lengua recorrerlos e inconscientemente entreabres la boca para que tu lengua se junte con la mia. Mis manos recorren tu espalda y mi boca se desliza hasta tu cuello. Eso hace que se te erize la piel y que cualquier reproche se pierda en tu involuntario gemido.

Me incorporo y entonces te das cuenta de que llevo vendados los ojos.

- ¿ Pero qué haces ? -

tu tono ahora es divertido, curioso. Yo sonrio y te pongo un dedo en los labios y tú pasas levemente tu lengua por él.

Sin verte recorro tu cara con mis manos, acaricio tu cuello y tú, desde la ventaja que te da tu ilimitada visión, acaricias mi torso y mis hombros mientras notas como mis manos desabrochan despacio los botones de tu blusa. Dejo caer la prenda al suelo y ahora me coloco detrás de ti, acariciando tu vientre y besando tus hombros, haciendo que las tiras del sujetador caigan por tus brazos con mis labios.
Mis manos se deslizan para desabrochar el pantalón y mi boca te susurra despacio en la oreja.

- quiero sentirte asi.. sin verte... relajate... -

Con un rapido movimiento te quito el sujetador, quedando tus pechos al aire, tus pezones erizados por la creciente excitación.

Me agacho y te quito los zapatos, desde detrás de ti te bajo el pantalón y me giro acariciandote las piernas. Te llevo hasta la cama y te tumbo en ella.
Comienzo a acariciarte la cara tan sólo con la yema de mis dedos, bajo por tu cuello, recorro tus hombros, explorando, reconociendo.

Cuando mis manos se acercan a tus pechos sientes mis labios recorrer el mismo camino que han hecho antes mis manos, cuando mis dedos llegan a tus pezones mis labios se cierran sobre tu cuello y mi lengua lo recorre. Gimes de excitacion y te retuerces debajo de mi. Tus manos se aferran a mi espalda y la recorres con las uñas. Bajas las manos hasta mi pantalon y lo comienzas a desabrochar, pero antes de que vayas más allá me he alejado de ti y vuelvo a explorar tu piel con mis manos y mis labios.

Recorro la circunferencia de tu ombligo con la lengua mientras mis manos acarician tus caderas y juegan con las tiras del tanga.

Por fin las deslizo hacia abajo, tu me ayudas arquendo el cuerpo para librarte del ultimo vestigio de ropa que te queda.

Lo dejo caer a un lado y ahora es la boca la que toma la iniciativa. Recorro la parte interna de tus muslos, besandola, haciendo circulos cada vez más cercanos. Puedo sentir tu mirada y tu creciente excitación por tus gemidos y tu respiración.
Mueves las caderas cuando recorro tus inlges, cerca de tu sexo pero aún sin tocarlo, beso tu monte de venus, dejo mi boca cerca de tu sexo, haciendo que sientas mi aliento, disfrutando de tu olor, sintiendo el calor que despides. Y entonces lo hago, comienzo a lamer tu sexo, los labios externos se abren para facilitarme el acceso a la vagina y mi lengua se dedica a la busqueda de tu clítoris. Cuando lo encuentro das un respingo. Tus manos se cierran sobre mi pelo y me atraes aún más a ti. Mis manos acarician tu vientre, tus pechos, mientras mi lengua se dedica a torturarte. Siento como todo tu cuerpo se tensa, aumento el ritmo y comienzas a tener un orgasmo. Tu cuerpo se contrae y se relaja con pequeños espasmos. Gritas de placer derramándote en mis labios, sientes mi gemido de lujuria en tu interior.

Me quedo unos momentos más con la boca en tu sexo, dandole pequeños besos mientras recuperas la calma. Subo acariciandote y me recuesto a tu lado, sonriendo.

Tu me miras y me besas una vez más y cuando haces ademán de quitarme la venda te dentengo.

- No.. aún no... -

Volvemos a besarnos.

Ries divertida..

- Ahora me toca a mi - me dices con sonrisa pícara...


(Ahora yo...)

Tú aún con la venda en tus ojos te tumbas boca abajo siguiendo mis instrucciones. Te pido con voz suave que te relajes y me siento sobre ti a horcajadas, a la altura de tu cintura. He encontrado un bote de aceite en el baño y tomo una generosa cantidad con mis manos, calentándolo con mi aliento y lo extiendo por tus hombros, por tu espalda....sientes la firmeza y la suavidad de mis manos deslizándose y dejas escapar un profundo suspiro... relajas tu cabeza sobre la almohada, tus brazos cruzados por debajo de ésta y me dejas hacer... mis dedos se deslizan siguiendo las líneas de los músculos de tu espalda, de vez en cuando siguiendo con la ligereza de un soplo la línea que marcan tus omoplatos, tus costillas, tu columna... no soy masajista pero algo he aprendido por ahí... sé como arrancarte suspiros de placer, cómo hacer que te relajes, cómo hacer que tengas ganas de darte la vuelta y rodearme con tus brazos pero no te dejaré... aún no.

Trabajo en tus costados, te hago cosquillas y te ríes, trazo circulitos con mis dedos y después soplo sobre ellos y te provoco un escalofrío. Puedo ver claramente cómo se eriza el vello de tu nuca desde mi posición... y de pronto paro, me quedo quieta unos instantes, juego a desconcertarte, veo cómo arqueas una ceja y tratas de girar la cabeza y apartar la venda de tus ojos para curiosear lo que hago pero no te dejo, te acaricio el pelo con suavidad pero también firmeza para que no puedas girarte más y te sonrío.

Te estoy preparando una sorpresa, pensando cómo hacer...... las caricias recomienzan pero esta vez sientes mis dedos en la parte trasera de tus muslos, en tus corvas... tengo la espalda totalmente arqueada hacia atrás, manteniendo el equilibrio en una postura casi imposible. Ahora sí giras la cabeza, preguntándote cómo es posible que desde donde estoy sentada aún sobre tu cintura y casi sobre tus gluteos pueda estar acariciando tus tobillos y las plantas de tus pies. Me ves con las rodillas apoyadas a ambos lados de la cama y recostada hacia atrás, sin apoyarme del todo, ves los músculos de mis piernas y de mi vientre totalmente tensos, sosteniendo todo el peso de mi cuerpo, divisas mis pechos firmes y mis pezones arrogantes enfrentándose al techo de la habitación. Te dejo contemplarme, sé que me deseas tanto como yo a tí, me gusta que me observes desnuda y me desees... sientes el calor de mi cuerpo justo en la confluencia del final de tu espalda, tu cintura, tu trasero, sientes la humedad y sé que no puedes más pero te hago sufrir aún un poco más, tumbado boca abajo con tu deseo deseando expresarse libre... vuelvo a subir despacio, sin usar las manos que utilizo para acariciarte en mi viaje de vuelta hasta que recupero la verticalidad sonriéndote y retomo mis caricias por tu espalda... te haré esperar un poquito más aún... te haré desearme con locura hasta que el único pensamiento que pulule en tu cerebro sea poseerme, hacerme tuya, entregarte a mí, te miro, sonrío y me muerdo el labio inferior y me tumbo sobre tu espalda impregnándome del aceite que antes extendí por ella y de tu olor y de tu deseo que es también el mío.

Me levanto ligeramente y me aparto a un lado para permitirte darte la vuelta aún con la venda en tus ojos y veo tu excitación en su máximo grado. Deseo saborear y oler y tocar... sigo con mi masaje improvisado, esta vez sobre tus pectorales. Te beso suavemente los labios pero rehúyo un beso más profundo. Te he vuelto a colocar bien la venda de los ojos y jugueteo con tu boca. Paso mi lengua por tus labios pero cuando los abres y tu lengua asoma me aparto y beso el lóbulo de tu oreja. Te veo sonreír y me encanta, mientras he empezado a frotarme contra tí.

Suavemente al principio... con intensidad in crescendo y parando de nuevo para controlar a mi gusto tu excitación y la mía... podría hacer que esto durara horas y el juego fuera más excitante aún que el ansiado orgasmo final que sabes, a estas alturas, será algo grandioso.

Finalmente me permito bajar y juguetear con mi lengua en tu glande, arrancándote un suspiro al tiempo que una descarga en tu columna... me gusta causarte sensaciones tan intensas con tan poco. ¿cómo será cuando te tenga dentro de mi? La verdad, creo que no podría esperar mucho más... bajo mi lengua por toda la longitud de tu miembro y te miro aunque sé que tú no puedes verlo, lo sientes, estás entregado a tu placer y aunque sabes que podrías terminar ahí mismo, que te gustaría que fuera mi boca la que arrancara un grito de placer y toda la fuerza de tu deseo prefieres sentirme.

Hace horas, días, que imaginas cómo sería estar unidos totalmente, estar dentro de mi, como hace horas y días que yo deseo sentirte dentro. No quiero esperar más, llevo mi dedo índice a tus labios mientras sigo acariciándote suavemente con los míos. Te estremeces adivinando lo que está por llegar, con tu dedo húmedo separo mis labios y me dejo caer sobre tí, con suavidad... no hace falta ningún esfuerzo. Se diría que estás hecho a mi medida y yo me muevo poco a poco, subo, bajo, me froto contra tí, acelero el ritmo y cuando siento que te aceleras tú yo freno... sabes que estás en mis manos y te dejas llevar.

No puedo evitar gemir, no me importan los vecinos, hace tiempo que me he olvidado de todo el mundo fuera de las paredes de tu habitación.... me abandono al placer y te siento crecer, te siento duro y firme y siento que el final está cerca... tus manos han llegado a mis caderas y como si de intuición se tratase, acarician mis gluteos duros, los separan, juegan con ellos. Me froto contra tí y me oyes gemir, ya son casi gritos tuyos y míos los que se mezclan en el silencio de la habitación y de pronto sé que he tocado el cielo con los dedos, mi pecho se desploma sobre el tuyo, siento cómo me llenas y siento cómo te inundo con nuestros respectivos fluídos y me abrazas con fuerza...

...Quisiera venir a verte para disfrutarlo cada noche, colarme en tus sueños y dejar que tú puebles los míos...

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