11/4/08

Convalecencia....

Aquella noche finalmente decidí quedarme en casa. Tú me dijiste que te encontrabas mal y yo también tenía ganas de descansar.

Sólo estaba una de mis compañeras de piso en Madrid y se había ido a un concierto… quería disfrutar de mi tiempo en soledad y me puse a escribir una historia parecida a ésta para ti, para hacerte más amena la convalecencia…

En ese momento te vi entrar en el Messenger y al poco una ventanita brillaba con tu nombre:

- Woooola!

- Qué tal estás?

- Más o menos… esto duele….

- Pobreeee…

- No sé qué podría hacer para que te sintieras mejor

- Lamento no poder quedar finalmente

- No pasa nada. Otra vez será…

- A propósito… no me debías algo?
- Si?? No recuerdo bien…

Efectivamente…. No recordaba que te había prometido enviarte una foto… digamos, sugerente a cambio.

Busqué entre mis archivos… soy una mujer de palabra… no encontraba nada interesante así que tiré de WebCam. Una pose sugerente… un disparo… varios… elegí la que más me gustó, busqué un ángulo interesante y te la envié.

Lástima que no pudiéramos quedar finalmente…. Espero que sea pronto te dije mientras mis dedos iban deslizándose por mi hombro en un modo semiconsciente… jugueteando con mi tirante… el mismo tirante que veías en la foto…. El mismo que seguro quisieras estar deslizando ahora mismo…

Mis dedos índice y medio seguían jugueteando delicadamente con el tirante, bajándolo y subiéndolo,… acariciando la suave piel de mis hombros que apenas cubría. Mi imaginación, terrible arma arrojadiza a veces se imaginaba un cubito de hielo en lugar del tirante y tus dedos en lugar de los míos…. Deslizándose a escasos milímetros de la piel de mi cuello… provocándome un escalofrío instantáneo que recorría mi columna irradiándose por todos mis nervios.

Inmóvil pero relajada…. Seguía imaginando…. El hielo había pasado de tus dedos a tus labios y tus dedos retomaban el delgado tirante de aquella breve camiseta que llegaba apenas a cubrir la mitad de mis muslos… mis glúteos redondos y duros que no tardaras quizá en descubrir y apreciar…
Tu boca, con el hielo entre los dientes recorría mi piel provocándome mil suspiros… tus dedos se hundieron en mis cabellos y tú dejaste escapar el hielo de tu boca para recorrer mi cuello con tus labios fríos y frescos…. Yo estaba a punto de perder la razón…

Me escribías y te escribía en la pantalla pero yo estaba en otro mundo… imaginando todas y cada una de las sensaciones que ahora te relato con tanta fidelidad como soy capaz… rebuscando las palabras más precisas en mi mente…

Tus dedos revolvían mis cabellos y los apartaban para despejar mi nuca…. No lo sabías aún pero no podías imaginarte que en mi nuca hay un punto que comunica directamente ambos extremos de mi columna…. Me hiciste dar un respingo… nuestra conversación se tornaba más caliente a su vez…. Mis piernas no podían sino entreabrirse pues no podían soportar las oleadas de calor que me estaban sacudiendo….

Una de tus manos abandonó suavemente mis cabellos para recorrer con el extremo del dedo índice la silueta de mi brazo… bajar… subir… bajar por mi escote y encontrar nuevas sendas a explorar….

Tu dedo seguía bajando, insoportablemente lento pero constante, firme, sin pausa…. Yo me derretía… el pezón que habías visto en la foto, a través de la tela, estaba duro, ambos… mis pechos turgentes esperaban una caricia que se prometía pero no acababa de llegar, sedientos de tus dedos parecían más firmes que nunca… intentando precipitar una ligera caricia… sabías que con simplemente acercar la yema de tus dedos a su contorno harías que me estremeciera nuevamente de la cabeza a los pies… tus movimientos controlados, precisos, mis labios entreabiertos, mis ojos cerrados, mi cuello girando suavemente dejándose llevar por tus dedos que me masajeaban ahora los hombros con destreza….

Una leve sonrisa y un giro suave de mi cuello para mirarte a los ojos… bastó una mirada… incendiaria…. Para hacer que tu cuerpo se acercara más al mío… para sentirte pegado a mi espalda… para que tus brazos me rodearan por completo y me hicieran sentir así… rodeada… deseada…. Entregada….

Eché mi espalda, arqueada, hacia atrás… tanto como pude…. Mis labios seguían entreabiertos y mi mirada esta vez era una provocación premeditada…. Deseaba posar mis labios sobre los tuyos…. Sentir como la suave piel de tus labios se deslizaba sobre los míos… sentirlos apenas a 2 milímetros y sentir tu aliento sobre mi boca… sentir tus cálidos susurros en mi oído y tus manos que ahora se apoyaban en mis caderas…. ¿cómo habían llegado hasta allí?

Ahora ya era totalmente imposible intentar juntar mis piernas…. El infierno se alojaba entre ellas… tu boca devoraba mis hombros…. Degustaba la piel fina y salada de mis brazos… tus manos habían subido y ahora tus dedos hacían suaves caricias entorno a mi ombligo…

En mi semiconsciencia con mi imaginación únicamente y al borde del delirio de los sentidos… imaginé tomar una de tus manos y me llevé tus dedos a mi boca, deleitándome en saborear cada micra de su piel…. Morder suavemente tus uñas y mirarte a los ojos con un deseo incontenible que sabía iba a inflamar tu deseo…

Me tomaste de la mano y delicadamente me condujiste a la cama… no hacía falta andar mucho… estaba justo detrás…

Con un firme gesto me obligaste a sentarme y después tumbarme en ella. Entre uno y otro me quitaste hábilmente la corta camiseta y me contemplaste en mi desnudez cubierta sólo por unas finas braguitas de raso negro…. Me contemplabas con una sonrisa en los labios mientras te inclinabas sobre mí…. Suavemente retiraste la única prenda que aún conservaba puesta y sin dejar de mirarme te inclinaste sobre mí dejando tu aliento cálido sobre mi pubis…

Levanté todo mi torso arqueando mi espalda hacia atrás, dejando el peso de mis hombros sobre mis manos tras de mí y abriendo las piernas para acoger tu cabeza… tu lengua iba frenéticamente trazando círculos en torno a mi ombligo y las ondas concéntricas que irradiaban mil sensaciones a todo mi cuerpo llegaban hasta el escaso vello rubio que lo cubría.

Tus manos recorrían mis contornos mientras tu lengua hacía lo propio con mis labios… en busca del botón mágico… con tu lengua, tu boca, succionabas mis fluídos y esta vez era yo quien te acariciaba y ensortijaba el pelo…

NO podía más… estoy a punto de perder la conciencia…. Mi sexo late… febril… te quiero dentro de mi, quiero que me poseas, quiero entregarme en cuerpo y alma a tu deseo… y al mío… acaricio todo tu cuerpo, te reclamo, me pego a ti tanto como puedo… un simple roce de tus dedos me harían estallar y lo sabes… por eso te contienes y me das la vuelta… te tumbas sobre mí y me siento presa de todo tu peso, de tu presión que late en mi espalda, noto tu aliento en mi nuca y las suaves palabras que depositas en mi oído en una oleada de calor… la oleada de calor de pronto me desgarra… me empuja,… junto las piernas para aprisionarte cuando por fin tras interminables segundos entras dentro de mí, increíblemente despacio, haciéndome sentir cada milímetro, abriéndote paso… no puedo ahogar un grito cuando al fin te siento invadirme por completo…. Gimes al sentir la presión de mis músculos y poco a poco e in crescendo vas aumentando el ritmo, a pequeños empujoncitos de cuando en cuando, sin preaviso… que me hacen ver al tiempo las estrellas y el mismísimo cielo…

Cuando el ritmo es lo suficientemente rápido me levantas las caderas obligándome a ponerme a cuatro patas y te paras a mirarme… sabía que te gustaría… sé que me deseas completamente….

Quiero más…. Te susurro…. Fóllame bien te digo un poco más alto, entre los gemidos que nos provocamos…. Deseo sentir la cumbre y deseo sentir como llegas a ella conmigo fundidos en uno…..

Nunca en mucho tiempo me sentí tan deseada, tan salvaje, tan sexy, tan desatada…. Mientras seguía oyendo tus gemidos, tus embestidas…. Yo ya no gritaba…. La sensación era tan intensa que trataba de exprimirla al máximo, elaborar un rinconcito en algún lugar de mi mente para dejar esa sensación allí y poder retomarla a mi antojo… quizá cuando este relato no fuera ya sólo obra de mi imaginación…

Tus manos recorrían mi trasero y tus dientes jugueteaban con el lóbulo de mi oreja izquierda mientras me susurrabas en ella palabras que me acercaban al extasis….

Finalmente cuando sentiste que no podía ser presa de mayor excitación y cuando mi climax se dejaba sentir lanzaste un grito y supe que todo tu deseo se vertía en mi interior... haciéndose uno con el mío…

Tu lado salvaje dejó paso nuevamente al tierno y suavemente te recostaste a mi lado cuando me derrumbé acariciándonos hasta que el deseo volviera nuevamente a tocar a nuestra puerta… quizá no tardaría mucho.

3 comentarios:

Séverine dijo...

Me gustan los extremos, que me llamen puta primero y luego me abracen aunque esté aún empapado en semen mi pecho.

Somos princesas con medias rotas.

Un beso

Niaco dijo...

uuuuauuu preciosa¡¡ te envio un besazo gigante¡¡¡¡¡ me encantan tus relatos¡¡¡ te conoci hace un tiempo en adult....ojala pueda contactar contigo¡¡¡¡ un besazo, :-) Niaco (Ignacio)

george dijo...

hola preciosa me gustaron hasta podria decir que me exitaron mucho tus relatos quisiera poder contactarte

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