14/7/08

DOLOR vs PLACER

Hoy he decidido retomar este blog y darle un vuelco. Dejando atrás aquellos relatos más o menos intensos que en mayor o menor medida han gustado, hoy quiero empezar a hablar de Ariadna, de mi Alter Ego, quién posiblemente soy de verdad, esa piel que sale cuando las escamas superficiales caen y que tan poca gente realmente conoce.

Hoy estaba en la ducha, frotándome los pies hasta sacarles lustre y parece que cuando esas escamas iban cayendo llegó el travieso hada de la inspiración. Dejo el género pseudo-literario por tanto, a un lado, y me enfango hasta las cejas en algo similar al ensayo -o divagación-.

¿Porqué he titulado mi entrada de hoy así? ¿Qué significa el dolor en nuestra vida y qué oscura y siniestra relación guarda con el placer?

Últimamente he retomado mi antigua curiosidad por los estados de vida alternativos, el BDSM (Bondage-Disciplina-Dominación/Sumisión-Sado Masoquismo). No pretendo aquí extenderme documentándoos porque para eso existe Wikipedia y trataré de no alejarme del hilo conductor que pretendía seguir.

¿Cuál es la relación entre el dolor y el placer? ¿cómo vivimos el dolor y cómo vivimos el placer en nuestras vidas? Sin duda, hay tantas maneras de vivir ambos como personas en el vasto mundo pero a mí no deja de sorprenderme que en esta cultura hedonista hacia la que tendemos, este movimiento paralelo a la sexualidad convencional y en gran medida ligado al dolor -o al placer a través de éste- tenga cada día más adeptos, y es más, cuántas más personas me hablan de ello, más veces oigo la siguiente afirmación: “Cuándo lo pruebas, (cuando te sumerges en este mundo, interpreto yo) nunca más quieres volver al sexo convencional”.

Mi experiencia en estas prácticas es muy limitada como para emitir ningún juicio de valor y quién soy yo de todos modos para juzgar nada. En cualquier caso vuelvo a los protagonistas de esta historia: El Placer y el Dolor.

Una persona Masoquista llega al placer a través del dolor pero yo iría más lejos. Yo lo veo como una manera de autodisciplina, estoicismo, una manera de aprender a dominarse a sí mismo, alcanzar los propios límites, contener las emociones y el placer hasta el límite y volver a empezar. Una especie de tortura bárbara sí pero la tan aclamada sexualidad tántrica no difiere tanto de esta manera de alcanzar el placer.

Al mismo tiempo quizá no hago bien en llamarlo masoquismo porque el masoquista, a mi entender, disfruta haciéndose daño, infligiéndose o haciendo que otro le proporcione dolor físico en proporciones que para muchas personas fuera de este mundo rozarían la demencia.

Veámoslo desde otro punto de vista. Una de las principales técnicas de auto relajación que yo conocí consistía en lo siguiente:

Empieza por una mano, aprieta el puño tan fuerte como puedas y nota la tensión en todo tu brazo hasta que no puedas más. Aguanta unos segundos o tanto como puedas en esta pose y después afloja el puño y siente cómo al volver la sangre a circular por tus venas tu puño, tu muñeca, tu antebrazo experimentan una inmensa sensación de placer. ¡Pruébalo! Si esta sensación te agrada repite el proceso con cada una de tus extremidades, cada músculo, prueba a sentir la tensión y después aflojar. Es la misma sensación que sientes cuando tras dos horas aguantándote por fin consigues ir al baño. ¿Quién no ha sentido esto alguna vez?

Y quizá pienses: ¡Claro! Pero hay una diferencia abismal entre aguantarte hasta reventar y que te pongan el culo morado, que te pellizquen un pezón con una pinza de la ropa o te den una bofetada por poner ejemplos que las prácticas más “Light” en este micro-universo. Ninguna práctica, ningún nivel es mejor que otro, nadie es más fuerte o más débil por aguantar más o menos dolor, cada cual ha de experimentar sus límites y tratar de superarlos sabiendo siempre que habrá un punto que ya no podrá sobrepasar.

Yo tengo muy claro el tipo e intensidad de dolor que puedo soportar, el que me excita y el que me sobrepasa. Yo me reconozco una persona narcisista y ligeramente egocéntrica, quizá muy egocéntrica y para mí, experimentar cierta cantidad de dolor es una manera de ensalzar mi capacidad humana de llegar a lo más bajo y después volver a subir a lo más alto. Quizá un poco como aquel cuento del infierno y el cielo que nos contaban nuestras abuelitas y aquel estado intermedio llamado Purgatorio pleno de almas suplicantes y aterradas dispuestas a quemarse a lo bonzo (quizá esta no es la mejor comparación, de hecho no lo es pero me resultó graciosa) para escapar a las llamas del abismo.

¿Qué es para ti el dolor?¿qué sientes si te dan un pellizco?¿Te sientes humillad@ o por el contrario sabes que tienes la suficiente autoestima y seguridad en ti mism@ como para disfrutar de las sensaciones que puedes llegar a alcanzar? Tampoco significa que una persona segura de sí misma tenga que hacer nada que no le gusta si éste mundo realmente no le llama. Ni siquiera yo estoy segura de hasta qué punto mi curiosidad me arrastrará a mí.

No quiero alargarme más por hoy, voy a dedicarme a mi momento hedonista del día y pintarme las uñas. Puede que mañana me levante deseando sentir un intenso dolor, quizá no tan intenso sino el justo para llegar y atravesar ligeramente ese umbral, para poder volver a apreciar de nuevo el placer de la serenidad y de la relajación y sentirme más fuerte que nunca. A veces, casi siempre, es esta la sensación que me embarga cuando por fin experimento el placer de descargar toda la tensión sexual que me han hecho acumular durante horas.

Siéntete libre, querid@ lector, de enviarme tus comentarios.

12 comentarios:

Duende y Duende dijo...

Hola Ariadna,he encontrado tu blog en google y me ha gustado mucho tu historia de otra de tus entradas. Me ha llamado la atención porque yo también tengo un blog,bueno, entre dos,y escribimos cuentos para adultos, fantasias sexuales. Aquí te dejo el enlace para que si te apetece le eches un vistazo, espero qwue te guste y que nos des tu opinión.
Un saludo,
http://cuentosyfantasias.blogspot.com

Duende y Duende dijo...

Bueno...ya he leido todo tu blog y decirte que muy bueno!
no tardes en escribir otro de tus relatos.
Hasta pronto!

redo dijo...

Hola,
he llegado a tu blog buscando algo de la imaginación que me falta esta mañana buscando la forma de evadirme por haber dormido sólo hoy.

Sobre tu idea de masoquista como aquel que sabiéndose capaz de bucear en lo peor es capaz de recuperar su sitio en lo mejor (y añado, que es donde en verdad piensa que pertenece), me ha dado que pensar en mi opción como persona dominante en este tipo de juegos(aunque en ocasiones me apetezca variar).

Me he planteado si mi opción de dominar y causar un limitado dolor se debe(siguiendo tu planteamiento) a la poca satisfacción de mi vida habitual.
Siempre he pensado que en la cama cada uno proyecta sus fantasmas si, pero también sus realidades. No se cómo eres en la vida de cada dia, y en el sexo sólo se lo que escribes aquí, pero me parece interesante afirmar que tu postura más pasiva viene de un gran ego. Quizás lo que en realidad eres es una ama que le apetece jugar a esclava. En alguna ocasión que he tenido una amante realmente pasiva, esta ya era amante del dolor en su vida normal, vamos que trasladaba a su realidad del dia a dia la posición de penitente que adoptaba en la cama (lo cual llevó al traste la posibilidad de ampliar nuestra relación).
Por eso me pregunto si lo que escribes no es compatible con otro tipo de masoquista, la que se recrea en ello por el mero hecho de sentirse superior al que le produce ese castigo. Es un curioso vuelco a las relaciones de poder en la cama.
Me gusta tu blog. Lo seguiré leyendo para recrearme. Gracias.

Ariadna enredando dijo...

Hola redo,

No sé si llegarás a leer este mensaje pero me halaga y alegra que hayas disfrutado leyéndolo y me han gustado tus comentarios. Déjame si quieres una forma de contacto y comentamos tu respuesta.
Un saludo,

redo dijo...

redo30a@hotmail.es
Saludos.

Unknown dijo...

Hola Ariadna

El dolor es una forma belissima de sentir placer...pero solamente cuando sea por opcion y se tenga el placer...
Me gustó mucho tu espacio espero que vuelva a escribir logo.

besos

redo dijo...

¿Pero dónde pones la frontera entre dolor y placer Nanda?

Hay personas que precisamente extraen su placer del dolor, sin más, ni permisos ni opciones. Y personas que por placer sufren mucho dolor. No se hasta que punto es una opción libre y deseada pero es así. Por eso algunos lo llaman perversión. El límite es muy difuso, y tengo la sensación que al final la libertada de elección de las personas no es tan clara.
Al final parece que las relaciones de pertenencia masoquistas, con contrato y condiciones prefijadas por las partes, son más justas y libres que no otras relaciones de sumisión que se dan sin permiso por medio.
En ocasiones me he considerado un exclavo de mis pasiones, y aunque es cierto que estas me han dado placer, el resultado final ha sido mucho más doloroso. Como he comentado antes no tengo tan clara la separación amo/esclavo, como tampoco tengo claro la separación dolor/placer, es por eso que cuando hablas de esta opción como buena si es deseada y placentera, me da que pensar sobre lo retorcidos e intrincados que somos a veces las personas. En ocasiones el dolor también es bueno, y si fuera por la mayoría de nosotros huiríamos de él.

He retorcido un poco el sentido de tú post para hablar de lo que yo pensaba nanda, discúlpame.

Ariadna enredando dijo...

No hay problema Redo, me ha gustado tu interpretación.

Discutiremos sobre ello... gracias por dejarme tu correo. Últimamente como habrás podido comprender no he entrado apenas pero me estáis haciendo desear retomar este blog.

Muchas gracias a ambos... esta vez tardaré mucho menos en volver.

CoaX dijo...

Aparte de la wikipedia hay infinidad de páginas por internet tratando el tema, y quizá aún más interesante, infinidad de blogs de gente que cuenta sus impresiones de primera mano. Que por cierto cada cual vive a su particular manera.

Lo de que no hay marcha atrás, o es una caida sin frenos, es uno de los tópicos más extendidos pero totalmente falso. La gente que empieza es cierto que suele estar deseosa de probar todo, pero rápidamente (a veces a base de pegarse ostias, claro) aprenden lo que les gusta, lo que no y sus límites. Y ahí se quedan.

Y no es lo mismo un sumiso, que un masoca, que uno que le guste que le humillen, que le aten o que le azoten. Puede ir todo junto o todo separado, depende de cada cual.

Tampoco las fantasias son muy claro referente de lo que te pueda gustar en la realidad. Hay cosas que nunca van más allá de la imaginación, o sólo muy readaptados. Por poner un ejemplo: muchas mujeres fantasean con ser violadas, pero de decidir hacerlo realidad sólo lo harían con su pareja a modo de juego y estableciendo unos límites muy precisos (vamos, que no le va a dejar un ojo morado ...aunque quizá para un observador externo le pareciese muy real).

Respecto al dolor... um, a mi me gusta en ciertas dosis como contrapunto al placer y como una manera más de explorar los sentidos y mi cuerpo. Joder, si los hombres lo focalizamos todo al pene entonces somos unos simplones y si nos extendemos a experiencias nuevas, unos pervertidos ;-)

Saludos,

Ariadna enredando dijo...

Las fantasías, perversiones y demás pajas mentales son una de tantas otras formas de evasión de la mente, hay personas que consumen drogas, personas que beben, y personas que parecen no tener suficiente con una sola vía de escape. A mí a veces incluso me gusta dormir 14 horas seguidas como forma de evasión :)

redo dijo...

Tiempo vuelve a mi.

Una sorpresa volver a ver este tema comentado.

Sólo como contrapunto a uno y a otro.

Me parece a mí que las fantasías si tienen una correlación con la realidad y no son sólo evasión. Más bien diría que lo que nos permitimos en nuestra fantasía es lo que nunca nos permitiríamos en la realidad( por miedo a sus consecuencias etc.)

Sólo las pocas personas que se atreven a romper esos tabús creo que pueden hablar de las consecuencias que tiene sobre su vida, el resto entre los que me incluyo casi siempre, sólo podemos opinar.

Tampoco quiero sentar cátedra y menos en estos temas, entiendo que hay fantasías que responden a la simple voluntad de jugar y no sólo de satisfacer insatisfacciones. Pero no nos olvidemos que en los niños el juego permite aprendizaje y autoconocimiento, vamos algo muy real e importante en nuestra vida, tanto como el dolor y el placer, lo que nos gusta y lo que no.

CoaX dijo...

Ale, pues yo también recomento, que este tema da mucho de sí ;-)

Ariadna. Las tendencias bdsm no son sólo formas de evasión de la mente. En el mundillo (y hasta en círculos de psicología) se discute bastante si "se nace o se hace" con estas "perversiones". Es más parecido a la homosexualidad, no se elige, aunque quizá sí se pueda controlar hasta cierto punto cómo manifestarla.

O viéndolo desde otro ángulo sería como decir si el alcoholico o el drogadicto tenían ya predisposición genética para ello.

Ah, yo también soy muy dormilón. Me desarrolla la imaginación ;-)

Redo. Creo que el intentar cumplir nuestras fantasías (dentro de lo posible y con adaptaciones, claro está) nos ayuda a crecer y madurar. No hacerlo, no intentarlo siquiera, nos sumerge en una especie de bucle que nos impide avanzar. Nos atenaza el miedo al cambio. Por algunas que modestamente he logrado realizar, debo decir que la experiencia nunca resulta tan maravillosa como en nuestra mente, tiene cosas peores y otras mejores, pero 1. siempre hay matices que te sorprenden, que no esperabas. 2. Verla realizada te hace madurar, has aprendido sobre tí, al ver cómo has actuado realmente en esa situación previamente sólo imaginada. 3. Crece tu autoestima al ver que has sido capaz de llevarla a la realidad (con mejor o peor resultado).

Ah, y por si lo dudas, nunca nos quedamos sin fantasías. Se renuevan con facilidad ;-)

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