7/2/10

Bebés de treinta y muchos años

En los últimos, aproximadamente, 8 años he conocido a muchos, pero muchos muchos hombres por varios medios internáuticos y me he encontrado tantas personalidades y situaciones diferentes como sujetos.

Algunos de ellos han llegado a significar realmente algo importante para mí o se han convertido en buenos amigos, de algunos preferiría olvidarme o sencillamente lo hice tan rápido como lo que dura un adiós sin mayor trascendencia.

Hay hombres jóvenes con una gran personalidad y madurez pero lo que me he encontrado demasiado habitualmente son niños egocéntricos y vanidosos a una edad en la que eso ya no queda bien.

Una amiga me contaba hace poco, lo ridículo que resulta ver a un tío de 40 o 45 años embutido en una camisa de una talla menor de lo que correspondía intentando ligar con chicas 15 años más jóvenes. El resultado, justo aquello de lo que una chica o mujer joven con más de dos dedos de frente huiría despavorida: un baboso.

Pero en mi experiencia va mucho más allá, reconozco que yo tengo mis reminiscencias infantiles también y que soy tremendamente mimosa y eso a veces me lleva a adoptar voz de niña, que me gusta hacer el ganso, reírme y hacer reír a los demás entre otros rasgos de mi personalidad pero para mí la madurez es saber respetar a los demás, y eso implica cierta formalidad al adoptar compromisos tan sencillos como no faltar reiteradamente a citas, avisar a la otra persona si no voy a estar disponible o saber estar ahí para mis amigos cuando me he comprometido a ello, ¿eso no era lo que antiguamente consideraban "honor"?

Por el contrario, me he encontrado hordas de hombres que a sus treinta y muchos son incapaces de mantener su palabra en lo más básico, ofreciendo algo que de antemano saben que no podrán mantener y escapando luego a los compromisos adquiridos y en ocasiones su comportamiento ha sido tan sutil, o mi inocencia, o estupidez, porque no sé como llamarla, tal, que me he ido tragando mentira tras mentira, creyendo que eran tales sin darme cuenta que, sencillamente, siguen dependiendo del chupete, de su madre, o incluso de su última pareja.

Algunas personas los llaman "calzonazos", hombres incapaces de comprometerse con nada aunque juegan con la vana ilusión y se la creen ellos mismos de querer estar ahí, de querer ser tu mejor amigo ¿para que? ¿Para meterse entre tus bragas?

Joder, ¿en qué punto del cuento se perdieron? estoy segura absolutamente que eso podría ser necesario hace 20 años o quizá en la generación de mis padres pero ¿realmente lo es ahora?

Si hay alguna mujer inteligente leyéndome por ahí que considere necesario que le cuenten cuentos para no dormir o mentiras descaradas que tarde o temprano, generalmente más temprano que tarde se descubren por sí solas, para llevárselas a la cama, por dios, que se haga oír porque yo esa actitud no la soporto, no soporto que me intenten colar mentiras sin ningún fundamento o se comprometan a algo que de antemano saben que no quieren o pueden cumplir por un rato de sexo y menos aún cuando saben que valoro ese rato por sí mismo y sin necesidad de más artificio, cuando menos algún mensajito tierno pero un mensajito tierno no tiene porqué significar una mentira. ¿Qué tal un "buenas noches tesoro"... sin más?

Por otra parte, de repente, cuando llevan hablándote de una relación que saben que nunca sucederá y que de hecho ni tú ya quieres siquiera, en este caso particular, yo misma, cuando te fallan una y otra y otra y otra vez y ya no sabes si realmente el tipo es idiota o no tiene fondo de ningún tipo, cuando sigue insistiendo en ser tu amigo, en estar ahí, cuando pide disculpas banales por haberte fallado, cuando te cuenta milongas y te trata como a una niña, llega un día de repente y te suelta que le demandas demasiado. Aquí es donde ya me parto el pecho (de risa) ¿en qué planeta creeis que vivimos? mejor aún, ¿en qué planeta vivís vosotros?

Yo me crié en un colegio sólo de niñas, ya no recuerdo ni lo que nos contaban las monjas y salí de allí a los 13 años sin pena ni gloria pero que yo recuerde no había ninguna clase en la que nos enseñaran a "dar la vuelta a la tortilla" y culpar al otro de nuestros propios errores, yo creo que más bien nos enseñaban a sentirnos culpables, quizá lo de dar la vuelta a la tortilla era asignatura obligatoria en los colegios de niños porque me lo he encontrado muchas veces en muchos de ellos. Lo que más gracia me hace es cuando oyes, como ejemplo ilustrativo y tan real como la vida misma: "yo no soy impotente, eres tú quien no sabe cómo excitarme", o algo mucho más sencillo y habitual: "Yo no te he mentido, eres tú quien ha entendido mal o me ha malinterpretado".

Luego lo curioso, lo más curioso de todo es que como amigos, siempre y cuando no exista sexo de por medio, son los mejores y más leales, ¿porqué cambia todo tanto cuando surge la chispa de la atracción?

Si un hombre no ha madurado a los 40 años, si no es capaz de afrontar sus compromisos, los que él mismo se crea sin una soga al cuello, si no es capaz de respetar a los demás y pensar un poco en el resto del universo (todo lo que hay medio metro más allá de su propio ombligo)... ¿será capaz de madurar algún día?

Siempre he dicho que cuando uno está mal debe mirar en su interior y tomarse su tiempo para recuperarse, pero mandar un mensaje del tipo "Tranquila, dame unos minutos" y desaparecer tres días no me parece muy respetuoso como para que luego me digan que soy demasiado demandante.

Que tengáis feliz domingo, o el día que sea en el que leáis esto.

4 comentarios:

Kelevra dijo...

Imagino que desde cada bando se ve de una forma distinta, pero es cierto que como hombre, más de una vez te dan ganas de renunciar de tu propio sexo, por no forma parte de esa jauría de mentiras en pro del egoísmo y el presumir.
Lo primero en esta vida es ser sinceros con nosotros mismos, si eso no se da, la propia existencia se vuelve en mentira, contagiando todo lo que toca o le deja tocar.
Sobre ese "honor", imagino que ahora se valora más un par de biceps que el saber estar.
Un saludo.

Tio_Luiso dijo...

Como ALGUIEN dijo en cierta ocasión, será que hay de todo, como en botica. Y habrá gente generosa, egoista, genial, ruin... Do todos los tipos y de todos los colores.
Por desgracia, no siempre es sencillo calar a la persona que tienes enfrente. Pero bueno, el tiempo pone a todos en nuestro sitio. Aunque tampoco estoy seguro de hasta qué punto esto es un consuelo.

En fin, habrá que tocar madera y esperar que nos toque lidiar con más gente con más respeto.

Un abrazo.

Ariadna enredando dijo...

Mi titoluisooooo!!!

Desde luego, generalizar es de idiotas y afortunadamente, como en botica, de que me suena eso???? jeejjeje, hay de todo, gente genial y gente no tanto, tampoco quisiéramos que a nosotros nos midieran los demás siempre por el mismo rasero y siempre trato de valorar en los demás todas aquellas cualidades buenas que tienen y hacer menos caso a las malas pero está claro que hay que andar con pies de plomo, y que ser transparente como el cristal de bohemia no es siempre tan bueno...

Un abrazo gigante

Ariadna enredando dijo...

En cuanto a ti, Joseluinik, te doy la bienvenida formalmente a mi blog y, como le decía a mi amigo en el comentario anterior, siempre hay de todo en la viña del señor, snifffff pero sí, lo fundamental es ser sincero u honesto mejor dicho con uno mismo e intentar tratar a los demás tan bien como nos gustaría que nos trataran a nosotros aunque eso de poner la otra mejilla.... me temo que no funciona.

A determinadas personas parece ser que si les das la mano y un poco de confianza se toman el brazo hasta el hombro, traducción, si vas de bueno/a te toman por gilipollas pero al fin y al cabo, yo prefiero seguir siendo buena, con un poco de precaución, eso sí.

Un saludo

Google

Seguidores